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EMILIANO ZAPATA: VIDA Y VIRTUDES

MINNEAPOLIS, MN

Por Marco Dávila 

emiliano-zapata-revolucion-mexicana“Emiliano Zapata: vida y virtudes” es una serie de relatos en torno al líder revolucionario, Emiliano Zapata. Los relatos surgen a partir de 30 entrevistas realizadas a morelenses. Estas breves anécdotas son contadas por el pueblo, al puro estilo del pueblo (nietos, trabajadores de museos, campesinos, hijos de gente que combatió en la revolución junto a él, historiadores, etc). La autora de dicho trabajo se llama Berenice Granados. Estos son 6 relatos cortos sobre cosas que circulan entre la voz popular acerca de lo que se dice que dijo, e hizo, Emiliano Zapata:

La marca del héroe :De la extraña marca en el pecho de Emiliano, que lo predestina como héroe

Algo de lo que la gente de Anenecuilco se fijó (Y aunque el historiador Jesús Sotelo Inclán le da todo el crédito a sus hermanas, a María de Jesús y a María de Luz Zapata) es que él nace con una extraña marca en su pecho, ¿verdad?, en forma de manita. Y cuando ese niño nació, pues dijeron los viejos de aquella época y las señoras que era señal de que ese niño no iba a ser cualquiera, que estaba predestinado para cumplir una misión en la tierra. Bueno, pues a final de cuentas se cumplió lo que ellas habían pensado.

Lucino Luna Domínguez 13 de julio de 2011

La orfandad: De cómo subsistieron Emiliano y sus hermanos

A los quince años ya es huérfano de, a ver, de padre. Y a los dieciséis, de madre. O sea, a temprana edad ya es huérfano Emiliano. Y, pero ellos van a subsistir, dado su pequeña fortuna que tenían, ¿verdad? Y si decimos pequeña fortuna es porque tenían su ganado, tenían su casa en buen estado, sembraban en tierras que no eran de ellos porque tenían que pagarle al hacendado. Entonces logran subsistir, y hay que considerar la familia como clase media social, no ricos, tampoco pobres, ¿no? Que vivían bien.

Lucino Luna Domínguez13 de julio de 2011

“No tengas cuidado, creciendo yo voy a recoger las tierras”: De la promesa de Emiliano niño era el dueño de la hacienda del Hospital que está cerca de Nenecuilco. Les quitó las tierras a los de Nenecuilco, ya echaba calle, hasta pegaba a las casas. Y se puso muy molesto el padre de Zapata, porque le había quitado las tierras, pos de ahí se mantenían. Eran nueve hijos, por todos, pues: dos hombres nada más y puras mujeres. Pero de ahí se mantenían de las tierritas. Y ‘bérselas quitado el hacendado este, pus taba muy molesto. Por eso le dijo:

—No tengas cuidado, creciendo yo voy a recoger las tierras.

José Correa Casales, 12 de febrero de 2009

Cuando Zapata era un niño —tenía ocho, diez años—, este, era el hacendado, Vicente Alonso Simón

“Que él no iba a morir”: la aparición de un santo: De cómo un santo le dijo a Emiliano que él no moriría en la Revolución

Había uno, pero no me acuerdo bien ya, en Tetelcingo, que decía que, que Zapata, antes de que se juera a la Revolución sin ningún temor, que él no, iba a morir en la Revolución, porque no había ni una bala pa él. Y a lo mejor no murió por eso en la Revolución. Que no había ni una bala pa él, que no tuviera cuidado, que él no iba a morir. Pero, pus luego no cree uno en los milagros. Luego no cree uno en los milagros.

Anastasio Zúñiga,  21 de julio de 2009

“Una persona de buenos sentimientos”: Emiliano según Petra Portillo Torres, madre de Anita Zapata, abuela de Isaías

Ella, cuando se refería a él, pues decía que era una persona sencilla, una persona de buenos sentimientos. No era altanero, no era grosero. Y que siempre, cuando estaba, ahora sí que en paz, y que había una, había una, no precisamente fiesta, sino una comida, él le decía a su estado mayor, a sus ayudantes, a sus secretarios:

—Denle de comer a la gente, a todos.

Porque le llevaban: —No, no, no. Primero ellos, y ya, al final, yo.

Así, de ese… y que era, que era, pues que no era feo, pues. Les gustaba, pues, a, a las mujeres.

Isaías Manuel Manrique Zapata,  19 de julio de 2009

Emiliano y Eufemio: De cómo eran los hermanos Emiliano y Eufemio 

JORGE: Cuando mataron a Eufemio aquí en Cuautla, pues mi papá estaba chico. Tonces no creo que haiga tenido acercamiento, porque en la Revolución, el general Emiliano jalaba por un lado, y Eufemio por otro.

DANTE: Sí.

JORGE: Tonces no andaban juntos.

DANTE: ¿Convivió muy poco con él?

JORGE: Ajá. De eso no me comentó nada, sino que mi abuelita

Inés, la mamá de mi papá, fue la que comentó que la familia de Eufemio se había ido a radicar a Michoacán […]. Pero recuerdo todo lo que decía mi papá. Los jefes revolucionarios que conocieron al general de cerquita, que convivieron con él, decían que el general era una persona muy noble, nunca los trató como soldados, los trató como familiares, como hijos. A diferencia de mi tío Eufemio que ese sí tenía su carácter fuerte. Ese primero ejecutaba y después investigaba.

Jorge Zapata y Dante Aguilar,  21 de julio de 2009


 

 
 


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