SAINT PAUL, MN
Antonin Scalia, juez de la suprema corte de los Estados Unidos, quien contaba con vasta experiencia en el cargo, luego de haber sido nombrado por el entonces presidente Ronald Reagan, en 1986, falleció el pasado 13 de febrero mientras dormía, cuando se encontraba en el Rancho Cibolo Creek a donde habría acudido a practicar cacería. La causa de su muerte se ha reportado como un paro cardiaco.
Desde el momento en que el mundo se enteró de su fallecimiento, el caso de Scalia ha levantado incontables declaraciones y debates en torno a quién será el sucesor del juez conservador. Scalia se habría manifestado siempre ideológicamente conservador, expresándose como un constante antagonista en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, o bien en contra de la práctica del aborto, bajo cualquier circunstancia.
Inmigración ha sido también un tema en el que Scalia mostró constantemente su posición conservadora, y se esperaba que con él en la corte suprema, la apelación hecha por el presidente Barack Obama en torno a la implementación de la acción ejecutiva que propuso la ampliación y reforma del DACA, y la implementación de un programa en auxilio de padres indocumentados de personas nacidas en Estados Unidos o residentes permanentes (DAPA). Ante la negativa de un número significativo de estados para acatar la orden ejecutiva, y luego de haber recibido la respuesta de un juez de Texas en contra de su posición, Obama habría apelado a la suprema corte.
En este contexto, las especulaciones apuntan a que si Obama nombrase a quien suceda a Scalia en la suprema corte tendría que ser una persona que simpatice con sus propuestas, y con ello, el equilibrio en la corte pasaría a ser diferente a lo que había sido. Con el ajuste serian 5 jueces más liberales y 4 conservadores.
Todos los líderes republicanos han expresado su idea de que Obama no realice ningún nombramiento, sugiriendo que sea el próximo presidente quien designe al nuevo o nueva juez. Acaso pensando que tendrían posibilidades de ganar la presidencia en el próximo mes de noviembre, establecen la posibilidad de que se logre mantener el equilibrio de fuerzas en la máxima corte.
Por otro lado, si Obama propone algún nombre para el cargo, este tendría que ser ratificado por los legisladores federales, cosa que difícilmente ocurriría dentro de un congreso opositor con mayoría republicana en su seno.
Entretanto, algunas posibilidades de reemplazo han comenzado a manejarse, destacando el caso de la senadora Amy Klobuchar, de Minnesota. Reconocida como una senadora conciliadora, como ha sido su actuación desde que asumió dicha posición en el senado de los Estados Unidos. Ha desempeñado cargos relacionados con el ejercicio de la justicia, como fiscal.
Sri Srinivasan, juez de distrito en Washington DC, de 48 años de edad, y conocido como moderado ideológicamente, encabeza la lista que se ha comenzado a construir. También están Paul Watfor, también de 48 años, juez del noveno circuito desde 2012, David Barrón, de 48 años, y juez del primer circuito desde 2014; Patricia Ann Millett, de 52 años, y juez de corte en el circuito de Washington DC desde el 2013, Jane Luise Kelly, también entrada en 50 años, y juez del Octavo circuito; Merrik Garland, Juez en Jefe del circuito de apelaciones de Washington DC y de 63 años; Jackeline Nguyen, de 51 años y juez del noveno circuito desde 2009; Kamala D. Harris, 51, Abogada General de California; Kannon Shanmugam, quien tampoco, como Nguyen, ejerce como juez y Mariano Florentino Cuéllar, el más joven de los candidatos, con tan solo 43 años, se desempeña como justicia en la Corte Suprema de California, y nacido en México, proveniente de Tejas.
El presidente Obama ha indicado que haría el nombramiento bajo su mandato, y habrá entonces que esperar a las reacciones que esto provocará en el sector conservador de la política.
