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INCOMODO DISPOSITIVO DE SEGURIDAD CUIDARA DE MINNEAPOLIS

Minneapolis para muchos parece estar en estado de sitio. Fotografía por workdaymn

MINNEAPOLIS, MN

Es obvio, es evidente, es superlativo. La fiesta del Súper Tazón ha llegado en plenitud a las ciudades gemelas, pero con mayor claridad en Minneapolis. Si has viajado en el tren ligero con dirección al centro de la ciudad, escucharás un aviso alertando que, por razones de seguridad en torno al evento, las estaciones cercanas al estadio US Bank dejarán de funcionar para todos los pasajeros desde el viernes 2 hasta la noche del lunes 5 de febrero.

Asimismo, si buscas caminar como solías hacerlo, o bien como deseabas hacerlo, por el centro de la ciudad, encontrarás con un sinfín de señales que te obligarán a caminar en uno y no en ningún otro sentidos. Verás la ciudad poblada de diversos cuerpos de seguridad, entre policías, miembros de las fuerzas armadas, equipos anti-motines. Para muchos de los visitantes, incluso parecerá como si se cruzara por una ciudad en estado de sitio.

De acuerdo con lo expresado por las autoridades locales y federales que hoy hacen presencia en la ciudad, las medidas de seguridad que demanda un evento de la envergadura del Súper Tazón 52, ha supuesto un completo reto, habida cuenta que el estado se encuentra localizado en pleno corazón de la ciudad, y convive con centros hospitalarios y múltiples negocios.

Por ello, no ha sido posible establecer un perímetro de seguridad, sino que se ha implementado un complejo laberinto, que obliga a la gente a cambiar sus rutinas cotidianas para continuar con ellas mismas.

 

Así, mientras las fuerzas de seguridad federales instalan sensores de movimiento en las calles de la ciudad, así como sensores de partículas y otra tecnología para prevenir cualquier atentado que pueda tener lugar en la zona, el resto de la población que busca hacer su vida diaria, o que se encuentra en la ciudad para conocerla y disfrutar de la fiesta, son obligados a hacerlo bajo las nuevas normas.

Pocos son los que se quejan de la situación. Aun cuando se trata de una situación extraordinaria y excepcional, la mayoría de la gente entiende que se trata de unos días tan sólo. Y no se sienten intimidados con los vehículos Humvee militarizados que circulan en Nicollet y Marquette, en resguardo de los eventos que han comenzado a tener forma. Incluso perros entrenados circulan atentos por las calles, buscando cualquier signo de sospecha, para dar la señal de alerta.

Los vallados que “guían” a los visitantes son parte del paisaje, desconocido hasta hoy en la ciudad, y que parecieran representar una condición como la vivida en el Chile de los 80s o en la Bogotá militarizada que aislaba el centro de la ciudad, e imponía múltiples filtros para quienes buscaban llegar a los edificios centrales. Así se ve hoy, y se verá hasta bien entrado el mes de febrero, la ciudad de Minneapolis, que se ha blindado para garantizar la seguridad de quienes visitan el estado con motivo del Súper Tazón 52.

Un evento que ha atraído la atención de todos, dejando de lado tantos otros que previamente tenían alguna relevancia. Desatendiéndolos, pareciera que han dejado de tener incidencia en la vida de los habitantes de las ciudades gemelas. Los maestros y su movimiento, los meseros y sus peticiones, los restaurantes y sus precios elevados en el contexto del evento mayor, todo ello deja de ser importante, y recursos incontables de concentran para blindar a la ciudad sede del partido definitorio de la Liga Nacional de Football.




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