SAINT PAUL, MN
El juez federal del distrito de Seattle James Robart, levantó esta fin de semana parcialmente la prohibición de entrada a Estados Unidos de algunos refugiados de países de mayoría musulmana.
En respuesta a las demandas de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) y del Servicio Familiar Judío, que sostienen que la restricción pone en riesgo a ciudadanos y causa un daño injustificado a familias enteras, el juez Robart levantó parcialmente la prohibición de entrada a Estados Unidos para las personas que muestren una relación familiar sólida con alguna persona o entidad legal residente en el país.
El pasado 24 de octubre la Casa en Blanca anunció un veto para refugiados de 11 países, en su mayoría musulmanes durante un período de 90 días, tiempo que la administración consideraba prudente para revisar sus sistemas de seguridad, el cual finaliza enero. Los países afectados son Egipto, Irán, Libia, Mali, Corea del Norte, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
El veto migratorio, fue una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno de Trump tan pronto como llego al poder. El primero se anunció en enero, pero fue rechazado por los tribunales, tras varias modificaciones fue suspendida de nuevo en marzo.
Las dos propuestas fueron impugnadas por varias cortes, pero a principios de este mes, una tercera orden ejecutiva que establecía restricciones permanentes, en lugar de los 90 días, recibió luz verde por parte de la máxima estancia judicial estadounidense, permitiendo que entrara en vigor en su totalidad, tal como pedía el gobierno federal.
De acuerdo al juez, “el veto dañaría la seguridad nacional e intereses de política exterior de los Estados Unidos” y añadió que su decisión de levantar el veto restablece “ los procedimientos y programas de refugiados a como se encontraban antes de la prohibición”, la cual incluía una investigación exhaustiva de las personas que viajaban a los este país.
La abogada de Servicios Familiares Judíos, Mariko Hirose, dijo en entrevista con el Seattle Times que “el reasentamiento de refugiados es uno de nuestros mayores logros humanitarios. Nosotros como estadounidenses no podemos dejar que esta administración destruya nuestro programa de refugiados y repita lo peor de la historia de este país al dejar que el fanatismo rechace a quienes más necesitan de nuestra ayuda”.
La orden del juez Robart aplica a los cónyuges y menores de los refugiados que ya se encuentran dentro del país, suspendiendo los programas individuales para personas provenientes de esos 11 países.
