SAINT PAUL, MN
La historia comenzó el último día de mayo del 2015, y sigue en pleno vuelo. Se trata de una pequeña disputa entre Minneapolis y St. Paul, por contar con el privilegio de hospedar un estadio de fútbol profesional dentro de la liga de fútbol de los Estados Unidos (MLS). Y es que ese día, que el MLS habría puesto como fecha última para determinar dónde jugaría una nueva franquicia de la misma liga en Minnesota a partir del 2018, la ciudad de Minneapolis no habría decidido al respecto.
De inmediato, el alcalde de la ciudad de St. Paul, Chris Coleman, levantó la mano y sugirió de inmediato que habría dos sitios disponibles para la construcción de un estado dentro de la demarcación, que costaría algo más de 100 millones de dólares.
Ha trascendido estos días que se trata de un proyecto que se complica, que crece conforme el tiempo pasa y no se llega a una determinación. En un principio, la franquicia, liderada por Minnesota United, requeriría de 10 acres de terreno para construir un estadio. Así se anunció cuando se comenzó a escuchar que St. Paul estaría dentro de un probable destino. Sin embargo, los requerimientos de espacio parecen hoy extenderse a la necesidad de contar con 25 acres adyacentes al propio estadio, como se ha extraído de algunos correos electrónicos dentro de oficinas oficiales de la misma ciudad.
“El concepto podría involucrar el estadio, oficinas, comercios, vivienda, hoteles, etc.,” escribió Bill McGuire, propietario del Minnesota United, quien incluyó en sus preguntas el considerar la posibilidad de que algunas oficinas de la ciudad o del gobierno estatal, pudiesen ubicarse en los espacios propuestos.
Las notas electrónicas han sido develadas este fin de semana, pero se refieren a intercambios de mensajes desde el 2013, cuando ya se hablaba de la posibilidad de considerar el espacio que hoy se menciona como fuerte posibilidad, en las cercanías del cruce de las avenidas Snelling y Hamline, muy cerca de Avenida Universidad. Es un espacio que actualmente es propiedad del Consejo Metropolitano y se refiere a un espacio vacante que era usado por Metro-Transit (10 acres), adyacente a 23 acres que se encuentran en propiedad del desarrollador comercial RK Midway. Dicho espacio cubriría con creces las “necesidades” planteadas por el propietario del Minnesota United.
El agua suena y al parecer se enfoca mas haca el lado de la ciudad de Saint Paul, sin embargo, los directivos del club en cuestión han indicado que Minneapolis sigue siendo una posibilidad. “¿No lo sabemos aun, tu que piensas? ” Ambos, propietario y Presidente del equipo parecen tener sus opciones abiertas, mostrándo cierto interés en la opinión pública, generando así mas contenido a la especulación en el tema.
Y esto es parte de los argumentos que acompañan, por lo regular, acompañan a las propuestas de construcción de nuevos espacios para deportes profesionales. Una serie de argumentos que apuntan al desarrollo económico de las ciudades hogar de nuevos estadios. A lo cual se contraponen serios argumentos.
“En este punto, las evidencias inequívocas de que los estados en particular son muy ligeros catálisis para el desarrollo,” indicó Neil deMause, quien autora un largo análisis de cómo el dinero público se convierte en ganancias privadas, como reporte de un estudio que analiza los acuerdos entre estadios y ciudades desde el 1995. “No es que necesariamente lastime el desarrollo, pero no han contribuido al desarrollo que se hubiera alcanzado aún sin contar con ningún estadio.”
Ante la evidencia de que el nuevo estadio de los Santos de St. Paul ha logrado rebasar las expectativas, generando pingues ganancias a sus dueños, y luego de una gran inversión de dinero público, el debate sobre el lugar donde el Minnesota United tendrá su casa, cobra relevancia y color. No perdamos detalle.
