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REPORTE: CAMBIOS EN DISTRIBUCION DE RIQUEZA DESPUES DE LA “GRAN RECESION”

Cambios en la distribución de la riqueza en US después de la Gran Recesión

SAINT PAUL, MN
La llamada Gran Recesión de los años 2007-2009 provocó una caída en la riqueza de la población de los Estados Unidos, ahondando las diferencias entre grupos sociales, y en particular, agravando las mismas entre los blancos, los negros y los latinos en el país. Hoy sorprende que las diferencias, luego del período de recuperación al finalizar la crisis, se han incrementado, en lugar de reducirse, o incluso mantenerse en los niveles previos a la crisis. Así lo refleja una encuesta reciente realizada por el Centro de Investigación Pew, que se enfocó en las condiciones financieras de los consumidores.

Como resultado de la encuesta, se destaca que la brecha en el bienestar económico en el país ha evolucionado diferencialmente para familias de diferentes niveles de ingreso. Y es que, entre las familias de menores ingresos, la brecha entre los hogares liderados por población blanca y sus contrapartes negras e hispanas, se redujo en casi la mitad entre el 2007 y 2016. Sin embargo, entre las familias identificadas como de clase media, esta brecha se incrementó y no muestra signos de que se vaya a reducir en el corto tiempo.

Pew reporta que no existen suficientes datos para que la encuesta muestre resultados concluyentes en el sector de la población con mayores ingresos, al analizar las diferencias entre grupos raciales y étnicos, y en particular al comparar a familias hispanas o afroamericanas con su contraparte de familias blancas.

Los datos recopilados en la encuesta muestran que, en general, el bienestar económico de los hogares de los Estados Unidos no se ha recuperado completamente a partir de que concluyera la Gran Recesión. En el año 2016, el bienestar económico de los hogares se reportaba en un nivel de $97,300 dólares, lo cual representa un incremento de 13 por ciento con relación al 2013, pero muy por debajo aún del bienestar mediano antes del comienzo de la recesión a fines del 2007, que se estima en $139,700 dólares (equivalente a dólares del 2016). Incluso, aun cuando la desigualdad en términos generales se ha reducido entre el 2013 y el 2016, la brecha entre grupos raciales y étnicos se mantiene amplia.

En el 2016, la salud económica de los hogares blancos llegó a registrase como $171,000 dólares en promedio. Ello significó 10 veces la salud económica de los hogares negros, que promediaron ingresos de $17,100 dólares. Ello significó una brecha mayor a la registrada en el 2007, al inicio de la Gran Depresión. Al compararse los datos entre hogares blancos y latinos o hispanos, los primeros representaban 8 veces los promedios entre los segundos. Y es que el promedio de ingreso en hogares latinos en el 2016 se registró en $20,600 dólares. En este caso, la brecha es similar a la registrada en el 2007.

El estudio realizado por Pew destaca también que entre los hogares de menores y medios ingresos en los Estados Unidos, las familias blancas reportan cuatro veces mejores condiciones que las familias afroamericanas, y tres veces mejores que las familias latinas o hispanas.

Asimismo, las familias blancas reportaron las mayores pérdidas durante el período de la recesión, en comparación con las familias afroamericanas e hispanas. En este mismo sector, las familias blancas parecen haber incrementado sus deudas en el 2016 en comparación con el 2007, contrario a lo que ha ocurrido entre familias afroamericanas e hispanas.

Acaso lo menos sorprendente sea que las familias de mayores ingresos han consolidado su situación como consecuencia de la crisis, y en particular las familias blancas que reportaron un ingreso medio en el 2016, de $971,500 dólares, que es significativamente superior al ingreso reportado por el miso sector en el 2007.

De esta forma, las familias de clase media han resentido los efectos de la recesión económica con mayor fuerza, con la inequidad por raza y origen étnico, agudizándose, en tanto que las familias de bajos ingresos no sufrieron tanto el efecto de la recesión. Al no contar con significativos ingresos, el efecto de una crisis es mínimo, sin que se mejoren sus condiciones al salir de la misma. En contraste, las familias de mayores ingresos, como ha sido históricamente, se han beneficiado a partir de las crisis económicas.

Esto particularmente entre familias blancas, agudizando las brechas de desigualdad.



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