MINNEAPOLIS, MN
Un estudio presentado por el Centro de Investigación Pew estimó que más de 2.5 millones de inmigrantes indocumentados viven en las áreas metropolitanas de Nueva York, Los Ángeles y Chicago.
El reporte presentado esta semana por Pew, proporciona un resumen de cuales serán las áreas más afectadas por los planes de deportación del presidente actual. El estudio también destaca los retos a los que podría enfrentarse el presidente para juntar tantos deportados, porque muchos de los lugares donde se concentran no apoyan sus planes.
Se estima que en el área de Minneapolis-Saint Paul radican 85 mil inmigrantes indocumentados, posicionado a estas dos ciudades en el lugar número 25 de la publicación.
En Minneapolis, el Consejo de la ciudad le dio instrucciones a su personal para crear una fuerza especial para que recomienden formas de reforzar a los policías, programas y recursos de la ciudad para proteger mejor a las familias de inmigrantes indocumentados, residentes musulmanes y otros grupos afectados.
La alcaldesa de Minneapolis Betsy Hodges dijo al respecto: “nuestra ordenanza de separación, que permite que todos en Minneapolis se sientan seguros ayudando a las víctimas y a los testigos de crímenes para que declaren sin tener miedo y así será mientras yo sea la alcaldesa, Minneapolis será un faro de bienvenida y flexibilidad.”
De acuerdo al reporte, cualquier acción que pudiera tomar la nueva administración también traerá consecuencias entre las comunidades de inmigrantes que residen en Phoenix, Houston, Dallas y Denver. En estos lugares, 37 por ciento de los inmigrantes son ilegales, comparado con el 26 por ciento en el resto del país.
De acuerdo a Pew, se estima que hay 11.1 millones de inmigrantes indocumentados en el país, que es equivalente tan solo al 3.5 por ciento de la población total de Estados Unidos.
Tanto ciudades como condados a lo largo del país se encuentran sumergidos en un debate sobre el rol que van a jugar sobre la aplicación de las leyes de inmigración que Trump les ha estado pidiendo, como que le ayuden a impulsar las deportaciones e incluso ha amenazado con cortar el presupuesto a las llamadas “ciudades santuario” que se rehúsan a ayudar.
Nueva York, Los Ángeles y Chicago han prometido resistir y no ayudar a los agentes federales con las deportaciones. Lo cual representa un reto en los esfuerzos de la nueva administración para aumentar las deportaciones. Aunque hay otras ciudades que han expresado su interés en ayudar y restringir los esfuerzos de las “ciudades santuario”.