POR HERGIT LLENAS
En el mes que se celebra el día de las madres, reconocemos el gran impacto que ellas juegan en la educación de los hijos. La Fundación para el Desarrollo del Niño (Foundation for Child Development) publicó un reporte para medir el efecto que produce el nivel educativo de las mamás cuando han recibido una educación superior.
Los resultados muestran que los niños criados por una madre que ha recibido una formación académica más allá de la secundaria, gozan de una serie de ventajas que se reflejan en su economía, salud y avances académicos.
En un artículo publicado por Adrienne Way, fundadora y directora de Edcor, una organización que asiste con ayuda financiera para pagar carreras universitarias, la ejecutiva afirma que, si la madre se ha graduado, la familia en general disfruta de un mejor ingreso, dado el tipo de trabajos al que tiene acceso.
La estabilidad financiera y el éxito profesional ayudan a crear un medio ambiente propicio para las oportunidades de avance académico del niño, quien demuestra -al terminar la intermedia- una mayor habilidad para leer y resolver problemas matemáticos. La maestría en esas materias sirve como termómetro para medir cómo le irá al estudiante una vez se enfrente con los retos de la secundaria.
El peso del niño al nacer es otro factor que fue tomado en cuenta. Y se encontró que los bebés de madres universitarias solían ser más saludables y con menos problemas de falta de peso. Investigaciones en el campo de la neurología sugieren que la falta de peso está asociada con discapacidades que pueden afectar el aprendizaje, impidiendo la habilidad de los infantes para asimilar aspectos claves en su educación temprana.
Aparte de lo relativo al impacto económico, académico o educativo, también se halló que la educación de la madre impacta áreas como el capital social, humano y cultural, según el Journal of Marriage and Family. El capital humano de la mamá influye en la interacción que tiene con sus hijos. Por ejemplo, se ha demostrado que impacta sus vocabularios.
Los niños procedentes de un hogar donde la madre tiene una carrera, llegados a la edad de cuatro años, han escuchado 30 millones de palabras más que los hijos de alguien que vive de la asistencia social. Y no es solo la cantidad de palabras, sino la calidad.
Los pequeños de madres educadas, por lo general, poseen una vocabulario más rico y extendido, lo que se traduce más tarde en mejores logros académicos. Asimismo, estas mamás enriquecen el inventario cultural del niño al exponerlo a experiencias tales como museos, lecciones de música o expresiones de arte.
A medida que la madre progresa, las futuras generaciones recogen el fruto de su siembra y alcanzan un mayor bienestar. Por eso este mes de mayo celebremos a todas las madres, y muy especialmente a aquellas que buscan educarse y expandir el horizonte propio y, en consecuencia, el de las generaciones venideras.
@hergit11 www.cocoswords.com