SAINT PAUL., MN
Apenas a la mitad del segundo período presidencial de Barack Obama, la carrera presidencial ha arrancado. Y de inmediato la lucha se vuelve feroz, con ataques que en muchos casos denigran más a quienes lo hacen, en contra de sus intenciones de dañar imágenes y aspiraciones.
Este fin de semana pasado, la más esperada declaración de intereses por correr por el máximo cargo en el país, tomo lugar cuando Hillary Clinton hizo público su deseo por convertirse en el reemplazo de Obama, y por tanto la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
Como parte del lanzamiento de su precampaña, Clinton presentó un video corto en el que se compromete a ser la vocera que esperan, desde hace tiempo, contar con un representante que entienda sus necesidades más urgentes para encontrar soluciones. En su video Hillary Clinton se comprometió a serlo.
“Los Americanos han luchado a su forma para salir de tiempos inestables en la economía, pero la baraja aún se encuentra en manos de quienes se encuentran en la cima socioeconómica,” dijo Hilllary, anunciando que ella correrá por la presidencia.
Aparentemente como respuesta automática, el senador republicano, Marco Rubio reunió a centenares de sus seguidores a fin de anunciar igualmente sus intenciones por correr por la presidencia él mismo. El senador de origen cubano, cuyos padres inmigraron a los Estados Unidos, se presentó como un candidato en contra de las reformas hechas por Barack Obama, y expresando que las mismas políticas impuestas pertenecen al pasado.
Con referencias al período de gobierno de Bill Clinton, expresidente esposo de Hillary, Rubio comenzó su ataque a la candidata, comprometiéndose a hacer todo lo posible para que ella no llegue a la presidencia, pues acarrea políticas inoperantes, dijo.
Por lo pronto hay dos pre candidatos oficiales, ambos representando grupos que se encuentran tradicionalmente en desventaja, por lo que, si ambos compiten en la fase final, Estados Unidos tendría una primicia, cualquiera que fuera el ganador: una primera presidenta, o un primer latino presidente. Sin embargo, aún falta ver cómo evolucionan las campañas por la nominación republicana que llevan a cabo Jeb Bush, Bern Carson, Skip Andrews, Kerry Bowers, Dale Christensen, Chris Chsitie y Ted Cruz. Algunos de ellos bajo el patrocinio del Partido del Té, otros con posiciones no tan conservadoras, pero todos basando sus discursos en contra de Obama y sus políticas.
En el lado demócrata, Robby Wells, Jimm Webb, Micheal Steinberg, Dough Shreffler, Martin O’Malley, Lincoln Chafee, Willie Carter y Andy Caffrey, se presentan tamibién com posibles candidatos presidenciales. Algunos de ellos, como Willie Carter, buscando por repetida ocasión la candidatura (8 veces), y otros con tonos conservadores en sus discursos.
Preparémonos para una campaña larga y desgastante, que comienza por la busca de la candidatura dentro de cada partido. En ella, seremos testigos de acusaciones y confrontaciones, que sin duda, como siempre, informarán la decisión de voto que ejercerá el pueblo estadounidense. Y mientras tanto, en el lado demócrata se configura la presencia femenina, luego del respaldo que Obama ha brindado a su amiga Hillary Clinton, en el lado republicano las cosas no parecen ser aun claras. ¿Será eso un signo? Acaso entre los representantes del partido del elefante tendrán que desgastarse más internamente, en tanto que Clinton acaso obtenga mucho más fácilmente el apoyo de su partido.
Un periodo de inquietud política, en el que escucharemos de nueva cuenta posiciones diversas en torno a las políticas internas, incluido el peso de la inmigración, la reforma migratoria, y la forma o formas que esta puede ser planteada. Como observador político, este es un período atractivo, del que estaremos informando.
