MINNEAPOLIS, MN
Vanessa Guillén, una soldado del Ejército que revistaba en Fort Hood (Texas) y que fue asesinada, posiblemente fue objeto de acoso desde un tiempo antes de su desaparición, dijeron este viernes investigadores del Ejercito, quienes no especificaron si se trató de índole sexual o racial.
La soldado, de 20 años de edad, había desaparecido el 22 de abril y sus restos se hallaron el 30 de junio cerca del río León.
El principal sospechoso de su muerte, el soldado Aaron Robinson, también de la base Fort Hood se suicidó poco después de escaparse de la instalación militar y cuando iba a ser interrogado por agentes policiales ese 30 de junio.
Sus familiares señalan que la soldado les había confesado que era objeto de acoso sexual, pero hoy los investigadores del Ejercito dijeron que no creen que el acoso a Guillén proviniera del sospechoso o de personas que son parte de la investigación.
El Secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo hoy en teleconferencia con medios que ha ordenado al subsecretario del Ejército, James McPherson, que forme una comisión independiente que analizará el ambiente de mandos en Fort Hood.
Agregó que el Ejército quiere asegurarse de que “los soldados hispanos puedan dar su servicio sin el peso de la discriminación, y de que tengan oportunidad de progresar a todos los niveles de grado sin el temor de actos criminales tales como el acoso y el asalto sexual”.
La representante demócrata Sylvia García, de Texas y el presidente de la Liga de Ciudadanos Latino Estadounidenses Unidos (LULAC) Domingo García se reunieron hoy con McCarthy y con la presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosy, para demandar una investigación independiente sobre la muerte de Guillén y en la que haya “una mayoría de mujeres”.
La legisladora mencionó que el caso “ha puesto en marcha un verdadero #yotambién/militar, ya que no se trata de lo que ocurre solo en el Ejército sino en todas las Fuerzas Armadas”.
“Miles de mujeres han escrito sus historias en los medios sociales”, añadió.
El manejo de la desaparición de Guillén ha disparado las críticas contra el Ejército. Según Don Christensen, presidente de Protect Our Defenders, un grupo que aboga por víctimas de asaltos sexuales en las fuerzas armadas, en este caso “fue lento para reaccionar a su desaparición y lento para arrestar a un sospechoso”.
“Es realmente increíble desde el punto de vista de seguridad pública que un sospechoso de homicidio tuviera acceso a un arma”, resaltó.
Según el Ejército, más de 50 agentes policiales llevaron a cabo cientos de entrevistas e inspeccionaron decenas de vehículos y teléfonos durante la búsqueda de Guillén, lo cual les llevó a rastrear el teléfono de Robinson a un sitio cercano al río León.
El 21 de junio, los investigadores descubrieron una porción de suelo quemada y árboles calcinados, junto con olor de descomposición, según las notas de un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Los agentes y los agentes caninos no hallaron restos humanos hasta nueve días después, cuando una cuadrilla que construía una cerca alertó de un olor.
Según Tim Miller, director de EquuSearch, un grupo sin fines de lucro que ayuda en las búsquedas, los restos de Guillén fueron
descubiertos, sepultados, a menos de metro del sitio de la quema.
“Si algo bueno ha de salir de todo esto es la creación de una comisión independiente y que surjan leyes que lidien con el abuso sexual sistemático”, dijo hoy el presidente de LULAC.
Domingo García dijo que de paso plantearon a McCarthy cambiar los nombres de diez bases del Ejército actualmente designadas en memoria de jefes militares de la Confederación durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) y que se permita el retorno a Estados Unidos de los veteranos latinos que han sido deportados.