SAINT PAUL, MN
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió este lunes a apuntar hacia China como responsable del “problema mundial” de la pandemia del coronavirus, cuando busca impulsar junto a los líderes republicanos un nuevo alivio económico para trabajadores y empresas.
Mientras las cifras de la COVID-19 no remiten en el país, que con 3,7 millones de contagiados y más de 140.000 fallecimientos es de lejos el más afectado por la enfermedad en el mundo, Trump se refirió a la situación como un “problema mundial”, en un intento de desviar las críticas contra su Administración.
Estados Unidos, que el domingo volvió a superar 71.000 nuevos casos, vive un repunte de los contagios en estados como Arizona, Florida y Texas, lo que llevó hoy al gobernante a anunciar que reanudará las sesiones informativas que interrumpió poco después de la polémica que originó en abril pasado tras insinuar que inyectarse desinfectante en el cuerpo podría servir para tratar el virus.
“Lo que está pasando es terrible, es terrible, pero este es un problema mundial“, afirmó el presidente, y agregó que cuando se ven las noticias locales “todo es sobre Estados Unidos” y nunca sobre lo que sucede en el mundo.
“Pero mira a México, Brasil, muchos países de Europa, muchos países, de todo el mundo. Rusia, Rusia tiene un tremendo problema”, aseguró Trump, quien insistió en que el virus “vino de China” y advirtió que aunque pudieron haberlo detenido “eligieron no hacerlo”, por lo que prometió más informes al respecto.
MÁS ALIVIOS ECONÓMICOS
Trump se refirió a la pandemia durante una comparecencia ante periodistas en la Casa Blanca, donde este lunes recibió al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConell, y el de la minoría del mismo partido en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para iniciar las negociaciones de un nuevo paquete de alivio económico, que se espera ronde el billón de dólares.
McCarthy aludió en el encuentro a uno de los puntos álgidos de la iniciativa, relativo a la no extensión del beneficio de desempleo para millones de estadounidenses que perdieron su puesto a causa de la pandemia (de 600 dólares semanales), ya que consideran que desalienta a algunos a regresar al trabajo.
“No creemos que se deba gastar ningún dinero federal que desaliente a trabajar”, dijo tras defender que buscan promover un regreso seguro de niños, maestros y pequeñas empresas.
Medios locales resaltaron que otro de los aspectos críticos de la propuesta que el Senado busca aprobar tiene que ver con los recursos que se espera destinar a los estados para que realicen pruebas de detección y el rastreo de contactos de las personas contagiadas de COVID-19, algo a lo que la Casa Blanca se opone.
A finales de marzo pasado, el Congreso en pleno avaló un paquete de ayudas por 2,2 billones de dólares y el pasado 15 de mayo, la Cámara de Representantes, dominada por la oposición demócrata, aprobó otra iniciativa por valor de 3 billones.
El paquete económico impulsado por la Cámara de Representantes incluye un billón de dólares para rescatar a los estados y gobiernos locales, así como otra ronda de pagos directos de 1.200 dólares a los contribuyentes con ingresos por debajo de los 75.000 dólares anuales, incluidos esta vez los inmigrantes sin papeles.
Pero la Casa Blanca y los republicanos no dan su visto bueno tanto al giro a los indocumentados como al rescate para los estados, ya que advierten que en algunos casos sus problemas financieros son previos a la pandemia.