SAINT PAUL, MN
Un total de 5.250 trabajadores murieron en el trabajo en 2018 en Estados Unidos por condiciones laborables “peligrosas” y otros 95.000 a causa de enfermedades derivadas de su profesión, es decir, 275 empleados al día, según un informe de la AFL-CIO, la principal asociación gremial del país.
Así, la tasa de mortalidad laboral a nivel nacional se mantuvo igual que el año anterior, con 3,5 por cada 100.000 trabajadores, lo que, según la AFL-CIO, indica un “escaso progreso” para hacer que los lugares de trabajo sean “más seguros” en los últimos años.
En la presentación del informe “Muerte en el empleo: el peaje de la negligencia”, que este año se hizo de manera virtual, el presidente del sindicato, Richard Trumka, cargó fuertemente contra el presidente, Donald Trump, al que acusó de haber “minimizado” el papel de las agencias de seguridad laboral.
“Este informe muestra la tremenda negligencia de la Administración Trump, desde el primer día en el cargo, para garantizar que los trabajadores estén seguros en el trabajo”, dijo Trumka al iniciar su intervención.
El líder sindical explicó que Trump “ha minimizado el papel de las agencias de seguridad encargadas de proteger a los trabajadores y ha dejado que las ganancias corporativas, en lugar de la ciencia, influyan en las protecciones necesarias”.
En concreto, Trumka se refirió a los recortes de recursos que ha sufrido en los últimos años la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), la agencia encargada de garantizar que las condiciones de trabajo sean seguras y saludables para los trabajadores.
“Ahora las familias trabajadoras están pagando el precio. Todos merecemos las mejores protecciones disponibles. Es hora de cambiar de rumbo”, agregó, en clave electoral.
Una de las secciones del informe evalúa el impacto de las negligencias laborables en las minorías, que tienden a tener trabajos “menos seguros”.
En 2018 hubo un aumento en la cantidad de muertes de trabajadores latinos hasta los 961 fallecidos, de los 903 registrados el año anterior, mientras que la tasa de mortalidad se mantuvo igual, en 3,7 por cada 100.000 trabajadores, mayor que la media nacional, de 3,5. De ellos, el 67 % de ellos eran inmigrantes.
Por otro lado, 615 trabajadores afroamericanos fallecieron en el trabajo en 2018, lo que supone un aumento de 530 muertes respecto al año anterior y una subida del 46 % en la última década, datos que colocan la tasa de mortalidad entre los afroamericanos en el 3,6 por cada 100.000 empleados.