MINNEAPOLIS, MN
El desproporcionado impacto de alergias alimenticias entre niños hispanos de Estados Unidos complica el acceso de esos niños provenientes de familias de bajos recursos a las comidas gratuitas que se distribuyen en organizaciones caritativas, según estudios recientes compilados y difundidos este viernes por Kaiser Health News.
Los estudios, basados en datos y estadísticas de 2020 de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés), indican que la alergia pediátrica a los alimentos no solo varía según la etnicidad del menor afectado, sino que esa diferencia de grupo étnico también afecta la manera en que la familia responde a esa situación.
Específicamente, a nivel nacional, unos 6 millones de niños padecen de alergias a ciertas comidas y 40 % de esos niños tienen más de una alergia. Y esa condición médica tiene “mayor incidencia” entre los niños latinos y de otras minorías y entre los niños de familias de bajos recursos, que, por eso mismo, con frecuencia reciben ayuda de bancos de alimentos.
Pero, dice el nuevo reporte, esas familias son las mismas que ya carecen de “cuidado apropiado” para sus hijos o de acceso a servicios de salud adecuados, por lo cual, cuando esas familias reciben ayuda con comida de programas locales o federales, “pocas son las que piden sustitución de alimentos para evitar alergias”.
De hecho, los niños hispanos tienen casi 3 veces más posibilidades que los blancos de padecer alergias, en comparación con las poco más de 2 veces entre los niños afroamericanos. Pero los niños hispanos tienen mayores probabilidades que los otros grupos de verse afectados por asma o por eccemas al ingerir comidas a las que son alérgicos.
Sin embargo, según Emily Brown, fundadora de la Iniciativa de Equidad Alimenticia en Kansas en 2014, la falta de reglas federales sobre detección de alergias en la distribución de comida a familias necesitadas causa que la mayoría de los centros de distribución no tengan en cuenta esas alergias.
Una solución, implementada por Brown en Kansas y en Missouri, es un sitio web que actúa como intermediario entre las familias de bajos recursos con hijos alérgicos y los bancos de comida, para que quienes usen ese sitio puedan solicitar sin costo la comida que necesiten para no desencadenar la alergia.
“Si a uno lo diagnostican con alergia a las comidas y no dispone de tiempo o dinero suficientes, no existe una manera real que pueda modificar la dieta de los niños para que no consuman alergenos”, dijo Brown en declaraciones difundidas por Kaiser Health News.
Pero el sistema promovido por Brown no solo no se ha expandido a otros lugares, sino que, por la pandemia de covid-19 ya no puede responder a todos los pedidos que recibe, por lo que “las familias siguen recibiendo paquetes de comidas con alimentos ya empaquetados y procesados que contienen precisamente los ingredientes que son problemáticos”.
Por eso, los niños latinos reciben alimentos con maíz, mariscos o pescados, tres de los principales alergenos para ese grupo. Y otro producto conocido por causar alergias, la mantequilla de maní (cacahuate), solo puede sustituirse por frijoles enlatados en los paquetes del Programa para Mujeres, Infantes y Niños (WIC).
Una posible solución surgiría de un estudio impulsado por los NIH y dirigido por el doctor Ruchi Gupta, de la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern, que buscará determinar de manera detallada “todos los impactos” de las alergias pediátricas a las comidas, incluyendo “vida familiar, cuidado de las alergias, acceso a recursos, y genética”.