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CARO QUINTERO, DE GRAN CAPO EN LOS AÑOS 80 A EL MÁS BUSCADO HOY POR LA DEA

El mexicano Rafael Caro Quintero se ha convertido en el fugitivo más buscado por la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, en inglés), quien ofrece una recompensa de 20 millones de dólares por información que pueda llevar a su captura.

El que fue líder del Cartel de Guadalajara, hoy de 68 años, es buscado por la DEA por el secuestro y asesinato en 1985 de un agente de la DEA y por otros crímenes relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada. Va “armado y es peligroso”, apunta la DEA.

Entre los fugitivos más buscados también se encuentran los mexicanos Ismael “el Mayo” Zambada, histórico capo del Cartel de Sinaloa, y Nemesio Oseguera Cervantes, alias “el Mencho” y líder del poderoso Cartel Jalisco Nueva Generación.

Fundador del Cartel de Guadalajara, Caro Quintero fue uno de los principales capos en los años ochenta y de los primeros en enviar droga a gran escala a Estados Unidos.

Nacido el 3 de octubre de 1952 en el estado mexicano de Sinaloa, cuna de los grandes capos mexicanos, Caro Quintero, que amasó una gran fortuna, había fundado su cartel junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”.

En 1985 se le vinculó con el secuestro y asesinato del agente de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) Enrique Camarena, perpetrado en febrero de ese año.

En abril de ese mismo año fue capturado en Costa Rica, a petición de las autoridades mexicanas, que ya sospechaban que estaba detrás del crimen de Camarena y del piloto mexicano Alfredo Zavala.

Ambos fueron secuestrados por sicarios el 7 de febrero de 1985 en el occidental estado de Jalisco, cuya capital, Guadalajara, era el principal centro de operaciones del cartel.

Un mes después, sus cuerpos fueron hallados en un rancho del estado de Michoacán, colindante con Jalisco, con señales de tortura, después de que el Cartel de Guadalajara sufriera importantes golpes de las autoridades mexicanas en colaboración con la DEA.

Al parecer, el asesinato de Camarena, adscrito a la oficina de la DEA en Guadalajara, fue una venganza por haber colaborado en el operativo de decomiso realizado en 1984 en un rancho donde el Cartel de Guadalajara sembraba marihuana, propiedad de Caro Quintero.

Según las historias que han trascendido del capo, alguna vez ofreció pagar la deuda externa a las autoridades mexicanas para que lo dejaran operar y solía ayudar a la población más desfavorecida.

Caro Quintero llegó a acumular una fortuna de casi 500 millones de dólares y su influencia le permitió interactuar en las altas esferas sociales de México, al punto de que cuando fue detenido viajaba con la sobrina del entonces gobernador de Jalisco.

La fiscalía mexicana explicó en 2013 que Caro Quintero fue sentenciado por delincuencia organizada y delitos contra la salud (narcotráfico), y procesado por el homicidio de Camarena, “pero no condenado”.

En 2009 un juez mexicano determinó que por acumulación de las penas que tenía en su contra a Caro Quintero le correspondían 199 años de prisión, pero por ley sólo se les pudo imponer una máxima de 40.

El capo recuperó la libertad en agosto de 2013 después de que un juzgado desechara varias causas en su contra, una de ellas por un error de jurisdicción territorial en el proceso por el asesinato del agente estadounidense.

Unos días después un juez emitió una orden de detención provisional en su contra con fines de extradición a Estados Unidos y el 6 de noviembre de ese mismo año la Suprema Corte de México revocó el fallo judicial que le permitió abandonar la cárcel en agosto.

Pero ya era demasiado tarde, porque desde 2013 se desconoce su paradero.

El pasado 7 de julio, las autoridades de Estados Unidos imputaron a su hijastro, Bryant Espinoza Aguilar, por poner propiedades de familiares a su nombre, “actuando como un hombre de paja” para evadir sanciones, según informó la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York.


 


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