SAINT PAUL, MN
La esperanza aterrizó este miércoles en México dentro de un avión que cargó el primer lote de vacunas contra la covid-19 de Pfizer-BioNTech en llegar a América Latina, en medio de las dudas que existen para lograr las suficientes dosis ante el ambicioso reto de vacunar rápidamente a toda la población mexicana.
“Es cierto que estamos todavía frente a una pandemia tremenda, la peor que hemos vivido, pero hoy es el principio del fin. Hoy podemos ver claramente que vamos a derrotrar a esos virus”, expresó pletórico el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en la pista del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde aterrizó un avión de DHL con las vacunas a las 9.02 hora local (15.02 GMT).
México inauguró así un puente aéreo con la planta de Pfizer en Bélgica, a través del cual llegarán a México cargamentos semanales hasta el 31 de enero con un total de 1,4 millones de dosis que permitirán comenzar a vacunar desde este mismo jueves a personal médico que atiende a enfermos de covid-19 en los saturados hospitales de Ciudad de México.
Una luz de esperanza para un país que acumula más de 1,3 millones de contagios y 119.000 muertos, lo que lo sitúa como el cuarto del mundo en decesos, por detrás de Estados Unidos, Brasil y la India.
EL RETO DE TENER SUFICIENTES VACUNAS A TIEMPO
“El esfuerzo del Gobierno ha sido muy bueno. Se ha logrado que México esté al frente en la fila de la repartición mundial de vacunas, pero hay retos muy importantes porque dependemos exclusivamente de la de Pfizer”, señaló a Efe el doctor Alejandro Macías, estratega del Gobierno contra la pandemia de gripe A en 2009.
Tras un enorme despliegue diplomático, México ha acordado con Pfizer una precompra de hasta 34,4 millones de dosis que tendrían que llegar durante el próximo año, así como 77,4 millones de dosis de la británica AstraZeneca y 35 millones de la china CanSino, dos vacunas que todavía no han sido aprobadas para su uso.
“Hay que recordar que somos 130 millones de mexicanos y se pretende vacunar al menos a la mitad de la población, es evidente que con la vacuna de Pfizer no vamos a alcanzar”, subrayó el epidemiólogo, quien lamentó que la investigación de AstraZeneca, la vacuna con la que México tenía mayores esperanzas, esté encallada.
No es menos importante el reto logístico que supone la vacuna de Pfizer, la cual requiere de dos dosis por persona y una muy delicada cadena de frío, con una congelación de -70 grados que, según los planes del Gobierno, obliga a centralizar su suministro en la Ciudad de México y en el norteño estado de Chihuahua, dificultando el acceso a zonas rurales.
Además del riesgo que existe de que el calendario de suministro de vacunas quede alterado por una cada vez mayor demanda de vacunas de Pfizer en otros países como los de la Unión Europea, que también comenzarán a vacunar este misma semana.
Para este mes de diciembre, por ejemplo, se esperaba la llegada de al menos 150.000 dosis a México, mientras que el cargamento aterrizado este miércoles, según ha trascendido en medios, fue una pequeña dotación de 3.000 dosis que llegó con unos días de retraso.
“No dudo de la promesa de distribución de Pfizer, pero también es cierto que históricamente las compañías farmacéuticas se comprometen pero luego la demanda es tal que no pueden cumplir el calendario”, expresó Macías.
VACUNAR AL MENOS A LA MITAD DE MÉXICO
Este primer lote de vacunas fue trasladado por el Ejército a un recinto militar de la capital al interior de contenedores con hielo seco, medidores de temperatura y chips para su geolocalización, y se espera que el jueves comiencen a inyectarse a personal médico de la capital, aunque no hay más detalles al respecto.
“Hoy van a definir la estrategia para empezar a vacunar mañana”, anunció el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en una conferencia de prensa matutina previa a la llegada del avión.
El plan del Gobierno anunciado hace unas semanas prevé ir adquiriendo dosis para garantizar una vacunación universal y gratuita, que comience con el personal médico y que entre febrero de 2021 y marzo de 2022 se complete con el resto de la población de forma gradual en función de la edad y de enfermedades crónicas.
Para el doctor Macías, la cifra mágica es vacunar al 50 % de la población ya que, aunado a los que ya han pasado la enfermedad, se “lograría un control de la pandemia desde el punto de vista de salud pública”.
“El reto principal será tener la vacuna en cantidad y tiempo suficiente”, insistió.
Ante la posibilidad de que haya ciudadanos que se nieguen a recibir la vacuna, López Obrador aclaró esta misma semana que su aplicación siempre será “voluntaria” en México, pero para los expertos esto no pone en riesgo el plan.
“Hay personas atrincheradas en una posición antivacunas que por fortuna no son muchas en México. No perdería el tiempo en esto”, zanjó Macías.