MINNEAPOLIS, MN
Hace no mucho tiempo comenzó un debate sobre el sentido del “no” o el “si” en caso de que por parte de alguna persona, se busque llegar a una relación sexual. Como consecuencia, se ha desarrollado un movimiento a nivel nacional para promover el consentimiento afirmativo para relaciones sexuales, que surgió luego de una iniciativa de ley promovida en California, en junio del 2014.
Esta propuesta requeriría de los estudiantes de universidades y colegios de educación superior el obtener un consentimiento explícito antes de proceder con un encuentro sexual. Dicha acción buscaría acabar con la falta de certeza cuando a quien se solicita participar en un acto sexual, podría guardar silencio, o no ofrecer una negativa explícita, lo cual podría interpretarse como un consentimiento por parte de quien haya hecho la solicitud.
Con ello, se busca que haya verdadero consentimiento por ambas partes, y reducir con ello los eventos que frecuentemente se denuncian como violaciones o agresiones por parte de quien podría no haber estado bajo completa seguridad en dado caso.
La Universidad de Minnesota (UMN) ha expresado la implementación de una nueva política interna para unirse al movimiento que adopta la regla conocida como “si significa si,” y que ha sido adoptada en un número creciente de campus universitarios.
Esta nueva regla en la UMN, que se sugiere se pondrá en práctica este mes luego de un período abierto a comentarios de 30 días, expresa que la práctica de relaciones sexuales es apropiada si y solo sí ambas personas expresan consentimiento a partir de “claras y nada ambiguas palabras o acciones.” Si ello no ocurriese, si no hubiese dicho consentimiento explícito, podría ocurrir que la acción cayese en la definición que la U ofrece de “asalto sexual.”
Por el momento, la propuesta ha desatado poco numerosas expresiones de disentimiento dentro de la universidad. Sin embargo, a nivel nacional, múltiples críticas han calificado esta iniciativa de absurda y peligrosa, particularmente cuando se trata de proteger los derechos de los acusados.
“Una vez que la acusación ha sido presentada, queda de alguna forma en la persona acusada el probar que en efecto contaba con el consentimiento,” expresó Robert Shibley, director ejecutivo de la Fundación por los Derecho Individuales en Educación (FIRE), un grupo de libertades civiles con base en Filadelfia. “Lo que eso significa es que dichas personas serán culpables hasta que prueben que son inocentes.”
El movimiento de consentimiento afirmativo se ha expandido rápidamente a lo largo del país, a raíz de evidencias de que el número de violaciones continúa incrementándose, y que poco ha sido lo que las autoridades han logrado hacer. Con ello se busca cambiar el hecho de que por lo regular quien promueve la acusación de violación o violencia, ha tenido que recabar las pruebas de que ello ocurrió.
Acaso la nueva regulación permita alcanzar una mayor capacidad para resolver dichos casos, y evitar que continúen incrementándose en número.
“La gran mayoría de las investigaciones que hacemos… son muy complicadas,” dijo Kimberly Hewitt, quien está a cargo de las denuncias de acoso sexual y violación en la UMN. “Es un campo colegial, de tal forma que en muchos casos hay consumo de alcohol involucrado. La gente entonces podría o no tener una relación… Se trata de individuos, y son muy complejos.”