MINNEAPOLIS, MN
Padres, activistas y maestros del sur de California pidieron este martes sanciones ejemplares en relación con el incidente en el que se arrojaron tortillas a un equipo de baloncesto de un escuela mayoritariamente latina en el área de San Diego.
El incidente ocurrió el sábado pasado cuando, al final del juego, unas personas arrojaron las tortillas a los jugadores de la escuela Orange Glen High después de que su equipo perdiera por pocos puntos ante el conjunto de la escuela de Coronado, de mayoría blanca.
Un vídeo publicado en las redes sociales muestra cómo al final del encuentro deportivo las tortillas son lanzadas sobre los estudiantes de Orange Glen High, que se encontraban de visitantes y perdieron por tres puntos al quedar 60-57.
“Esto fue un hecho preparado. Fue un acto racista inaceptable”, dijo en una conferencia de prensa Andrés Rivera, uno de los padres de los jugadores del equipo agredido, que presenció el incidente.
El superintendente del Distrito Escolar de Coronado, Karl Mueller, calificó el incidente de “reprensible” y se disculpó con la escuela preparatoria Orange Glen.
Sin embargo, Rivera y varios de los asistentes a la conferencia de prensa subrayaron que no aceptaban las disculpas sino que necesitaban “acciones reales”.
El hispano consideró que se debería despedir al entrenador del equipo de baloncesto de Coronado, JD Laaperi, al que culpa como principal instigador de lo sucedido.
Acusó a Laaperi de conducta antideportiva al confrontar de forma grosera al entrenador de Orange Glen High, diciéndole que se llevara al “diablo” al equipo de perdedores al final del partido.
“Lo de las tortillas fue un hecho premeditado. Exigimos el despido de Laaperi”, dijo Rivera.
Para Enrique Morones, de la organización Gente Unida, el hecho debe llevar a una conversación profunda sobre los actos racistas en el condado de San Diego, donde se mantienen brechas raciales entre las comunidades.
Los activistas también exigieron al Departamento de Policía de Coronado que investigue el caso y que no minimice el hecho.
La Policía pudo identificar al adulto que llevó las tortillas al juego.
La Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses Unidos (LULAC) se unió este martes a los llamados para que se realice una investigación sobre el incidente.
“¿Qué tipo de gente y de comunidad permite este tipo de comportamiento odioso”, indicó en una declaración Domingo García, presidente de LULAC, la organización hispana más antigua del país.
“Este fue un acto planificado que requirió que alguien fuera a comprar las tortillas, las distribuyera y estuviese listo a arrojarlas al equipo latino y sus entrenadores al final del partido, fuese cual fuese el resultado”, valoró García.
Coronado es una localidad cercana a San Diego con cerca de 24.000 habitantes, 75 % blancos, donde la media de ingresos es 108.967 dólares, según datos del Censo.