MINNEAPOLIS, MN
Las políticas públicas en América Latina deben orientarse a reforzar el autocuidado, la descentralización de los sistemas sanitarios y la dotación de recursos para la prevención de enfermedades, dijeron profesionales de la salud en un foro organizado por la Industria Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el autocuidado implica una actitud activa y responsable hacia la propia calidad de vida y el bienestar con el fin de prevenir y tratar las enfermedades.
Es por ello que la pandemia de la covid-19 “ha destacado la necesidad de elevar y profundizar la discusión” sobre el autocuidado, que es “una herramienta que permite mejorar los resultados de salud y optimizar los servicios sanitarios”, afirmó el director general de la ILAR, Juan Thompson.
La ILAR impulsa la campaña “Cuidarme es Salud”, que promueve la alfabetización en salud y enfatiza el valor económico y beneficios que el autocuidado representa para los sistemas de salud en América Latina.
La campaña también destaca el rol de los profesionales del sector sanitario, así como las ventajas del acceso a servicios y productos de salud a través de canales digitales.
LA PANDEMIA, LOS PROFESIONALES DE LA SALUD Y EL AUTOCUIDADO
La pandemia generó cambios en el estilo de vida y en la prestación de servicios de salud e incrementó los hábitos de higiene y la conciencia de la población sobre el autocuidado, indicaron los expertos que participaron en el seminario virtual “Profesionales de salud y autocuidado”, organizado como parte de la campaña “Cuidarme es Salud”.
En el foro participaron los doctores Hugo Palafox, de la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (ALANUR); Magaly Rodríguez de Bittner, vicepresidenta del Foro Farmacéutico de las Américas (FFA); José Ramón Martínez, de la Red Internacional de Enfermería Familiar y Comunitaria (Red EfyC); Julieth Pilar Uriza, nutricionista dietista e investigadora de la Universidad ECCI, y Andrés Duarte Osorio, director del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Javeriana.
Coincidieron en que la correcta implementación de una estrategia de autocuidado requiere la participación y el apoyo de todos los profesionales de la salud, y que este se debe incluir tanto en la formación académica como en los diálogos con los pacientes.
También en que el acceso a productos y servicios de autocuidado, con el apoyo y guía de los profesionales de la salud, tiene un impacto altamente positivo en el mejoramiento de la población y en la sustentabilidad económica de los sistemas de salud públicos.
Agregaron, entre otros, que la promoción de la salud es un eje transversal en la sociedad y en la pospandemia, por lo que se deben contemplar espacios, hábitos y conductas saludables.
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Los expertos concluyeron que la educación o alfabetización en salud es un objetivo central que debe ser impulsado desde las políticas públicas.
De allí que sea necesario concienciar a los gobiernos de que un ciudadano con acceso a los servicios de salud es un ciudadano saludable, productivo y puede generar ahorros para ser utilizados en el tratamiento de condiciones graves.
En ese contexto, los expertos señalaron que se deben destinar recursos no solo para tratar las enfermedades, sino también para su prevención.
Y que es necesario descentralizar la atención en los sistemas sanitarios e incorporar organizaciones de participación ciudadana para que la propia comunidad pueda tener un rol más activo en el autocuidado.
Otro elemento capital es que los Estado inviertan en campañas con una comunicación “masiva, certera, clara y contundente para evitar que la desinformación siga proliferando sobre la evidencia científica”.