MINNEAPOLIS,. MN
Los trabajadores latinos son un grupo fundamental de la mano de obra estadounidense, pero enfrentan una enorme disparidad salarial y una escasa representación en los puestos de trabajo mejor pagados, detalló un estudio publicado este jueves.
El reporte de la consultora McKinsey estima que los latinos están colectivamente subpagados por 288.000 millones de dólares al año.
Los trabajadores latinos reciben tres cuartas partes del ingreso que recibirían en un contexto de paridad de salarios en Estados Unidos, resalta el informe.
La disparidad aumenta para los latinos nacidos en el extranjero, que están especialmente sobrerrepresentados en las ocupaciones con salarios más bajos, y ganan menos en las mismas categorías profesionales.
Los inmigrantes latinos tienen un salario medio anual de 31.700 dólares, en comparación con los 38.848 dólares de los latinos nacidos en EE.UU. y los 52.942 dólares de los trabajadores blancos no latinos en los mismos puestos.
En un escenario de paridad salarial, los investigadores de McKinsey consideran que los salarios de los trabajadores latinos podrían aumentar en más de 35 %, lo que llevaría a 1,1 millones de latinos a unirse a la clase media.
El estudio también encontró disparidades en los ingresos de las empresas de dueños latinos, a pesar de que el número de empresas de propiedad latina está creciendo a un ritmo más rápido (12 % en los últimos 5 años) que el número de empresas propiedad de blancos (5,3 % en los últimos 5 años)
Pero, en condiciones equitativas, la proporción de empresas de propiedad latina en Estados Unidos podría ser tres veces mayor y los ingresos medios podrían ser 50 % más altos, indicó el estudio.
La disparidad también se ve reflejada en la riqueza de los hogares. Aunque los latinos se están volviendo más adinerados, actualmente la riqueza media de los hogares latinos (36.000 dólares) es solo una quinta parte de la de los hogares blancos no latinos (188.200 dólares).
Los investigadores destacan que hay factores clave que impiden cerrar esta disparidad de riqueza, entre los que se cuentan menores transferencias intergeneracionales, empleos con menor remuneración, falta de inclusión financiera y mayores exigencias, como la necesidad de mantener a la familia.