MINNEAPOLIS, MN
El invierno pasado, Samuel pensó que había contraído un resfrío fuerte, pero después de dos semanas de estar enfermo, su salud dio un giro repentino y empeoró. Samuel, de solo 35 años de edad, comenzó a sentir dolor en el pecho y tenía problemas para respirar. En un momento de pánico, su mujer corrió con él al hospital y dejó a sus hijos con un vecino. En el hospital, se enteraron de que Samuel tenía neumonía y que necesitaba quedarse allí para recuperarse. Durante el transcurso de la semana siguiente, Samuel probó muchos medicamentos para combatir los gérmenes que lo enfermaban. Después de recuperarse, Samuel supo que su enfermedad fue causada por la enfermedad neumocócica y que podría haberse prevenido con una vacuna. Como fumador, Samuel no sabía que corría más riesgo de contraer infecciones graves a causa de la enfermedad neumocócica. Después de este susto de muerte y de estar lejos de su familia y sin ir a trabajar durante una semana, se colocó la vacuna antineumocócica y ahora les recomienda a todos que también se vacunen.
Si usted fuma, tiene asma, tiene diabetes u otro problema de salud a largo plazo, la vacuna antineumocócica puede ayudar a protegerse de infecciones graves como la neumonía, la meningitis (infección de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal) e infecciones de la sangre. Vacunarse también ayuda a prevenir infecciones menos graves como infecciones sinusales y de oído. La vacuna ayuda a detener estas infecciones antes de que comiencen, y ayuda a asegurar que no se las transmita a su familia y amigos.
La enfermedad neumocócica se contagia cuando se entra en contacto con las bacterias y luego estas ingresan en la boca o la nariz. Algunas veces una persona infectada con bacterias neumocócicas puede enfermarse y usted no, pero con frecuencia las personas son “portadoras”. Ser portador significa que las bacterias viven en la nariz o la garganta de una persona, pero esa persona no se enferma. No se puede determinar quién puede transportar las bacterias, por lo que vacunarse es la mejor manera de protegerse.
Incluso si se siente sano, las afecciones como el asma y la diabetes implican un estrés adicional en su sistema inmunitario, lo cual dificulta la recuperación si se infecta con las bacterias neumocócicas. Las personas con asma, diabetes, otras enfermedades respiratorias, cardíacas o renales, y las personas que fuman cigarrillos deben consultar a su médico sobre las vacunas que pueden ayudarles a permanecer saludables.
Las personas que tienen enfermedades que disminuyen su capacidad de luchar contra infecciones necesitan colocarse dos vacunas antineumocócicas diferentes para protegerse. Esto se incluye a personas con cáncer, VIH, que se sometieron a una cirugía para la extracción del bazo y que tuvieron un implante coclear (implantes dentro del oído interno). Las personas mayores de 65 años también deben colocarse dos vacunas diferentes para protegerse contra la enfermedad neumocócica. Las personas dentro de este grupo etario pueden tener problemas para recuperarse de una infección neumocócica.
Consulte a su médico o enfermero si se ha colocado las vacunas que necesita. Esto incluye la vacuna contra la gripe porque contraer gripe lo hace más vulnerable a contraer la enfermedad neumocócica. Asegúrese de tener al día sus vacunas antineumocócica y contra la gripe. Para obtener más información, visite: www.health.state.mn.us/divs/idepc/diseases/pneumococcal/index.html.