MINNEAPOLIS, MN
Para que una pareja funcione, es esencial que exista confianza.
Walter Riso habla de “la pérdida de la confianza básica como un detonante muy serio, en lapareja”.
Al amar, nos volvemos vulnerables y, por tanto, podemos terminar
como nos dice Alejandro Sanz: “con el corazón partío”.
Según Walter Riso, “Abrirme al otro, entregarme y estar tranquilo, es confianza básica, y solo se puede alcanzar cuando se cumplen estos cuatro criterios fundamentales:
a) Estarás ahí cuando te necesite
b) Me protegerás cuando sea necesario hacerlo
c) Serás sincero en lo fundamental
d) Nunca, y bajo ninguna circunstancia, me harás daño intencionalmente.
En la fidelidad intervienen infinidad de variables. Hay razones para ser infiel como estrellas en el cielo. Entre estas muchas variables tenemos nuestros temas no resueltos de la niñez, el compromiso asumido, la intensidad del amor, la comunicación y cómo enfrentamos los problemas; si soy yo estando contigo, la intimidad, el deseo, la vida sexual, nuestras diferencias y la “oportunidad” de ser infiel. La posibilidad siempre existe. El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Todos podemos ser infieles, todos estamos en riesgo. Toda relación tiene “pequeños agujeros” por donde otro puede entrar. Si no cuidamos la pasión, el deseo, estamos abriendo un agujero grande. Nos preocupamos por la belleza, el cuerpo, las cirugías, estar delgado o atlético, pero nada de eso es determinante, aunque sea importante.
Siempre que hablo de esto recuerdo a la Princesa Diana: hermosa, elegante, bien vestida, joven, pero el príncipe Carlos se enamoró de una mujer más bien fea. Su relación con ella comenzó cuando estaba casada con otro. Él se caso con Diana y esa situación seguía, a pesar de todo y de las consecuencias.
El deseo se basa en la intimidad, en no dejar los problemas sin resolver, en ser yo mismo a tu lado, sin poses ni mentiras. No se queda por un hermoso cuerpo, y se va fácil por la ventana. Y cuando se va, es difícil recuperarlo.