SAINT PAUL, MN
Uno de los anuncios más esperados en los últimos días ha tenido lugar, cuando el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció que no correría por la presidencia en el período que ha dado comienzo. Para beneplácito de otros candidatos demócratas, especialmente Hillary Clinton, un fuerte candidato dentro del partido, renuncia, una vez más, a luchar por la máxima posición política en el país en el 2016.
Su falta de decisión, o su indecisión, tuvo en vilo al grupo de campaña de Hillary, no necesariamente porque ella misma se viera en riesgo de perder ante el carismático político, sino porque ello significaría dividir al partido mismo, y acaso terminar por favorecer al senador Bernie Sanders, colocándolo como potencial competidor por la candidatura, dada la fuerza que ha adquirido en esta etapa de pre-campaña. Biden tomó tiempo para llegar a este anuncio, gozando ya de amplias simpatías por parte de muchos militantes, al sobreponerse a la muerte de su hijo mayor, Beau, el pasado mes de mayo, debido a un cáncer cerebral, con lo que Joe Biden se mostraba suficientemente capaz para enfrentar los rigores de una campaña presidencial.
El anuncio fue hecho en compañía de su esposa, Jill, y del presidente Barack Obama, en el Jardín Rosa de la Casa Blanca.
“Así como mi familia y yo nos hemos sobrepuesto a través del proceso de duelo, he repetido todo el tiempo lo que había dicho una y otra vez a otros, que bien puede ser que el proceso llegue a su tiempo en el momento en que se cierra una ventana,” dijo Biden. “He concluido que [la ventana] se ha cerrado.”
A lo largo del período de verano y parte del otoño, Biden recibió diversas presiones por parte de sus simpatizantes para que corriera por la presidencia, de tal forma que el apoyo de un superPAC (poderos Commité de Acción Política) llegó a tomar forma y a crecer. El batir de los tambores que anunciaban sus entrada, con amplio soporte en la adquisición de fondos para la campaña. Ello preocupó al equipo de campaña de Hillary Clinton, quien habría sido algún tiempo la incuestionable candidata, llegándose a establecerse dudas sobre el impacto que tendría en dicha campaña la aparición de los correos electrónicos privados, poniendo en duda la confianza que en ella se podría tener.
Pero para Biden, el tiempo no era el apropiado, a pesar de las evidencias mostrando que podría haber sido competitivo incluso llegando tarde a la carrera por la nominación. El vicepresidente contaba con las mejores opiniones públicas entre todos los candidatos, y la combinación de su buen hablar, su forma franca de ser, y su estilo semejante al de un trabajador industrial, podría haberlo convertido en un candidato atractivo.
Lo anterior quedó en evidencia una vez más al momento en que Biden anunció su decisión, usando el sobrenombre de “Joe de clase media” con orgullo.
“Creo que tenemos que cerrar las divisiones políticas. Es dañino para el espíritu. Es mezquino,” dijo Biden. “No creo que es pecar de inocente el hablar con los republicanos. No creo que debamos ver a los republicanos como nuestros enemigos. Ellos son la oposición, no nuestros enemigos.”
Advirtiendo que no se quedará callado durante la campaña, y que hablará cuando sienta que deba hacerlo, Biden ha dicho hasta pronto a una nueva oportunidad de llegar a liderar a los Estados Unidos, siendo considerado como un candidato ideal. Su pausa sin duda enfrentará los estragos de la edad, pero por lo pronto, se ha logrado como un líder político entre demócratas y republicanos, con la misma entereza que le ha caracterizado hasta el momento de cerrar su ventana, por ahora…