SAINT PAUL, MN. Por Boris González Ceja

Las crisis en una persona bipolar incluyen momentos de depresión grave o momentos maníacos, incapacidad de funcionar en el trabajo o la escuela, tampoco pueden cuidar de sí mismos, y llegan a tener un alto riesgo de suicidio.

El trastorno bipolar es un padecimiento mental que afecta por igual a mujeres y hombres, puede ser persistente o a intervalos irregulares, afectando a miles de personas, produciendo un riesgo de accidentes. Antes se conocía como trastorno maniacodepresivo, y se encuentra en el grupo de los trastornos afectivos, que son la segunda causa de muerte en el mundo.

Este tipo de trastorno puede tener como rasgo característico altas y bajas en los estados de ánimo, de pronto la persona llega a sentirse muy optimista, animado, eufórico; o bien, extremadamente irritable o sensible. También hay personas con síntomas con episodios depresivos mayores e hipomanías (con ánimo persistentemente expansivo, hiperactivo y/o irritable); finalmente, las personas que cursan con un periodo prolongado de síntomas y antecedentes familiares del trastorno (y ellas mismas los tienen).

Muchas personas llegan a pensar que tienen un trastorno sólo porque les hicieron algún comentario al respecto; es muy común que cataloguemos como bipolar a una persona que no siempre saluda, o que registra cambios bruscos de humor; sin embargo, tal diagnóstico no puede tomarse a la ligera, ya que los profesionales serios van a hacer una referencia al psicólogo, para hacer un diagnóstico para determinar si es un trastorno o no, estudio que debe ser entregado al paciente por escrito, ya que no se trata sólo de opiniones.

Con los niños puede confundirse el trastorno bipolar, con diversos síntomas por su etapa vital, por lo que es importante hacer evaluaciones psicológicas con profesionales que brindan atención virtual 24/7, como en https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/ y en las principales ciudades de manera presencial.

Es importante considerar algunas acciones para atender un posible trastorno bipolar:

En primera instancia es necesario buscar ayuda con psicólogos.

Priorizar la seguridad y la vida de la persona y sus acompañantes, mediante el cuidado al uso del dinero, de las armas, así como restringir el acceso a las drogas.

Si no recibe la ayuda que espera, insistir hasta encontrar el apoyo profesional necesario; también es importante contar con líneas de ayuda.
Es fundamental comunicarse de forma clara y objetiva buscando entendimiento del padecimiento y la empatía de su entorno familiar.

Por último, considero fundamental generar habilidades socioemocionales, a través de la atención profesional.

El trastorno bipolar afecta el estado del ánimo, y no debe confundirse con las variaciones normales del humor, que a todas y todos nos sucede, tales como las reacciones emocionales intensas o la inestabilidad de carácter, que pueden llegar a ser procesos normales.

¿Cómo saber si tengo un trastorno bipolar de forma más real? Si te afecta en tu trabajo o en tu vida personal, cuando la depresión y la manía rebasan tus posibilidades de descanso y de manejo de la situación, si no puedes dormir o duermes mucho; en fin, si tienes idas y vueltas sin parar, ese problema del deseo requiere atención profesional.

El problema con muchos padecimientos psicológicos es que pueden confundirse con situaciones que a cierta edad son normales y esperados, por lo que asistir con un psicólogo puede ayudar para determinar si hay un problema o no, en este caso sobre la montaña rusa de las emociones, nada divertida, que es el trastorno bipolar.

Causas y azares…

La violencia en las escuelas es un síntoma de la falta de políticas públicas para los niños en el sector educativo. Cada día los casos se multiplican, con más crudeza, y las autoridades educativas hacen como que no ven, como si fueran normales los problemas socioemocionales.

Según la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia, el 32.7 % de los estudiantes sufrió acoso escolar.

Es urgente implementar un programa en las escuelas de habilidades socioemocionales que sea serio y que considere a la salud mental con perspectiva intercultural, que incluya herramientas para ser distribuidas a padres y maestros. Cuentan con nosotros.

El problema del fentanilo como droga sintética se encuentra tocando nuestras puertas, así como fue la cocaína hace 30 años: la destrucción tiene su historia y su lógica.

Hasta la próxima que, como a Borges, el infierno y el paraíso me parecen desproporcionados.

Por Boris González Ceja