MINNEAPOLIS, MN
Hace algunos meses visitamos una popular feria en Minnesota, curiosamente notamos que un número importante de los trabajadores en los juegos del carnaval eran de origen Hispano. Interesante conversación entablamos con ello y conocimos que se trataba de trabajadores temporales provenir antes de México, si bien recordamos, los jóvenes trabajadores indicaron ser del estado de Veracruz. Era evidente que ellos, trabajaban muy bien entre si, coordinando los juegos mecánicos encargados de la seguridad de los paseantes. Era evidente que los trabajadores pasaban largas horas bajo el sol, bajo las gafas y las gorras pudimos ver que muchos de ellos lucían una piel un poco mas que tostada por mismo contacto solar. Lo que no conversamos o no supimos al momento eran los detalles sobre las condiciones de vida o de trabajo ofrecidos a ellos durante los múltiples viajes de trabajo en diferentes ferias del país.
Se trata de una decena de trabajadores inmigrantes provenientes de diferentes partes del territorio Mexicano y que se enrollaron a este trabajo a través del programa de visas temporales H-B2 y que al sufrir las carencias y exceso de trabajo decidieron escapar de noche y solicitar ayuda.
Según datos en la demanda, el acuerdo entre los trabajadores y sus empleadores, que inicialmente seria de 40 horas sin tiempo extra, se convirtió en el salario de esas 40 horas y con jornadas semanales de hasta 100 horas. En algunos casos y bajo el salario de $387 dólares por semana, estos trabajadores eran contratados incluso, bajo la presentación de un pago presumiblemente para la obtención de este trabajo. Una vez acordado, el trabajo, existen sospechas de que el empleador no daba seguimiento las estipulaciones en documentación necesarias para formalizar los trabajos con estos trabajadores, incluso no se proveía la documentación para verificación del trabajador. De la misma forma y una vez en el trabajo, la documentación de rutina en el trabajo (en ingles) era supervisada por estos trabajadores que en realidad no hablaban la lengua, y que al querer alertar al empleador sobre anomalías durante el trabajo, eran simplemente reprimidos por gestos agresivos del empleador o sus representantes obligándoles a regresar a su posición y continuar con su trabajo.
Según este caso, los trabajadores alegan los empleadores los obligaban a trabajar por largas jornadas, en especial en los días donde el desmantelamiento de los juegos mecánicos les obligaban a laborar hasta las 6am, para ser despertados a las 9am y continuar la jornada. La presión del empleador les obligaba constantemente a trabajar sin el comer, dormir y/o bañarse. Habitar junto con múltiples personas, los campers sucios y desgastados, con goteras en días de lluvia, a veces sin el servicio básico de la electricidad, cual era deducida en porción desde sus pagos salariales. Obligados a pagar 5 dólares por “servicio de gasolina” al requerir visitar el supermercado. Al parecer, los trabajadores no solo sufrían de estas condiciones sino de la falta de respeto y maltrato verbal de los managers de esta compañía.
De acuerdo a la firma legal, los trabajadores se acercaron al Consulado Mexicano en Saint Paul quienes como parte de su programa de asistencia legal a co-nacionales Mexicanos, refirieron el caso. Gracias a la ayuda de diferentes instancias, los trabajadores lograron deslindarse de este empleador y encontrar la protección legal para establecer la demanda. Hoy los trabajadores radican “en un lugar seguro” en Minnesota, algunos en Iowa.
La demanda se ha establecido en contra de la compañía Midwest Rides, quienes operan estas ferias o juegos mecánicos en carnavales de estados como Iowa, Oklahoma, Minnesota, Louisiana, Arkansas, y Texas y que es representada por James Waknitz quien esta basado en Elk River, Minnesota. La demanda también implica a la compañía que coordina el acceso y reclutamiento de estos trabajadores desde el estado de Texas, la compañía ATJ Labor Consulting y su representante Alejandro Trevino
Estos trabajadores que ingresaron con visas temporales de trabajo, decidieron quedarse en territorio estadounidense para continuar con el caso bajo las leyes de inmigración de este país, decisión que fue obligada al saberse sin los fondos necesarios para la compra de un boleto de avión que los llevara a su ciudad de origen en México.
“Es un caso complicado, hemos acumulado mas de veinte reclamos que van desde los pagos no otorgados, de fraude y hasta el trafico de humanos,” dijo la abogada Anne Carlson de Wilson Law Group. “Nosotros esperamos que nuestros clientes sientan que sus voces son escuchadas, que sean compensados financieramente por los daños sufridos y que este caso haga saberse de los abusos que se ha hecho del programa y a los trabajadores visa H-2B de esta industria en particular.”
Cabe señalar que en este caso, solo se esta demandando la respuesta legal de parte de las empresas contratistas y no de las organizaciones que realizan las ferias regionales o estatales.
“Lo que queremos es que los trabajadores inmigrantes sepan que tienen derechos. Nuestros clientes vinieron a este país de forma legal para hacer un trabajo temporal. Fueron forzados a trabajar por largas horas sin descansos para comer o usar los sanitarios. No fueron compensados de forma debida y fueron rutinariamente amenazados y degradados por sus empleadores. Nadie de be sufrir este tipo de tratamiento,” finalizó la abogada Carlson.