MINNEAPOLIS, MN
En el verano de 2020, alrededor de 700 edificios resultaron dañados en Minneapolis debido a los disturbios provocados por el asesinato de George Floyd a manos de un oficial de policía de Minneapolis. Entre los edificios afectados quemados, un popular Latin Dance Club fue incendiado hasta los cimientos.
Con este contexto y con motivo de enaltecer la labor de los más afectados por los disturbios del 2020, un conocido artista fotógrafo de Minneapolis ha establecido un interesante proyecto que fusiona lo histórico con lo cotidiano y que envuelve a personajes dentro de la comunidad dándoles vida a través de una innovadora instalación que es pública y que también da constancia de la relevancia de la comunidad Latina en la ciudad.
El interesante proyecto de Xavier Tavera se ubica en el lote baldío donde solía estar El Nuevo Rodeo.
Teniendo en cuenta que el espacio original estaba ubicado en un segundo piso, un contenedor marítimo de 40 pies se eleva 26 pies sobre el suelo con la ayuda de una estructura metálica. Este gesto ayuda a elevar tanto física como conceptualmente la pieza. Con la ayuda de una cortadora de plasma se recortarán las paredes del contenedor con las siluetas de los personajes que frecuentaban el club. El contenedor se ilumina desde el interior haciendo que las figuras silueteadas sean prominentes, casi etéreas.
Las figuras se posicionan formando una fila como si estuvieran a punto de entrar al lugar.
Existe la noción politizada de que las latinas/latinos/latinx inmigrantes deberían volver al final de la línea de inmigración. Esta línea imaginaria no existe pero es mencionada constantemente por políticos que quieren marginar a nuestra comunidad. Hacemos fila para recibir servicios sociales, para recibir servicios de salud, para recibir educación así como para entrar a una discoteca. Hacemos pacientemente todas estas líneas imaginarias, pero nuestra contribución cultural, económica y social a este estado y, de hecho, a este país impregna todos los aspectos de la vida estadounidense.
El nuevo Rodeo abrió sus puertas al público en diciembre de 2003 en el segundo piso de un edificio de ladrillos en el sur de Minneapolis. Durante diecisiete años, el sitio estuvo dedicado a la música latina, pero el espacio se compartió intermitentemente con la comunidad negra y hmong.
El espacio se transforma por completo en función de la música interpretada y del público asistente.
