MINNEAPOLIS, MN.-
El contexto de violencia ha marcado los eventos deportivos acogidos por Colombia, desde unos Juegos Centroamericanos y del Caribe desplazados por la Segunda Guerra Mundial hasta una Copa América con bajas por miedo al conflicto armado en 2001, a pesar de lo cual el país ha logrado organizar con éxito todo tipo de competencias.
Aunque en estos días Colombia esté en boca de todos por ser casa del Mundial Femenino Sub-20, que tendrá como sedes Bogotá, Medellín y Cali del 31 de agosto al 22 de septiembre, la historia deportiva del país cafetero se remonta hasta antes de sus conflictos internos.
El evento deportivo más importante de América son los Juegos Panamericanos, que han tenido lugar en Colombia en una ocasión: Cali, en 1971, algo que por aquel entonces resultaba casi imposible al no ser la capital del país en el que se celebraban.
Con el respaldo del Comité Olímpico Colombiano (COC), la capital del Valle del Cauca superó a Santiago de Chile en la votación y fue elegida por el Congreso de la Organización Deportiva Panamericana.
Por esta competencia, en la que Colombia ganó 28 medallas, se creó el instituto estatal Coldeportes, hoy Ministerio del Deporte, y desde entonces Cali sentó sus bases como ciudad deportiva de Colombia.
Otro de los eventos deportivos más esperados del continente son los Juegos Centroamericanos y del Caribe, cuya quinta edición tuvo lugar en Colombia en 1946. Inicialmente iba a ser en 1942, pero la Segunda Guerra Mundial impidió que se celebraran ese año y obligó a desplazar el evento a cuatro años después.
Los siguientes Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebraron en Colombia fueron los vigésimo terceros, en 2018 en Barranquilla, los cuales el entonces presidente de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe), Steve Stoute, calificó como los “mejores de la historia”.
Fútbol y polémicas
Los Juegos no son las únicas citas deportivas que Colombia ha albergado, pues además ha sido casa de diversas competiciones futbolísticas o de un memorable mundial de ciclismo, eventos que acompañaron a Colombia durante años difíciles de su conflicto armado.
Uno de los casos más excepcionales en una competición deportiva internacional es, seguramente, la de la celebración de la Copa América en Colombia en 2001, la primera y única victoria de los Cafeteros en este torneo y un certamen polémico por tener lugar cuando el conflicto armado estaba en una de sus peores épocas.
En medio de las negociaciones entre el entonces presidente de Colombia, Andrés Pastrana, y las FARC, y las diversas bombas y secuestros ocurridos, Argentina decidió no participar en el evento, mientras que Brasil mandó un equipo alterno.
La siguiente Copa América de la que fue sede Colombia fue la de 2022, esta vez la femenina, título que Brasil le arrebató a las cafeteras en la final y que se jugó entre las ciudades de Armenia, Bucaramanga y Cali.
El único mundial absoluto que se disputó en el país fue el de fútbol sala de 2016, el segundo llevado a cabo en Sudamérica, además de ser la segunda competición de la FIFA en Colombia. Ese mismo año se firmó en el país el acuerdo de paz con las FARC tras meses de diálogo entre el gobierno de Juan Manuel Santos, lo que fue el comienzo de la apertura de Colombia al mundo.
En 1986 Colombia iba a ser anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol, aunque nunca llegó a serlo, añadiendo un evento más a la lista de citas deportivas que debería haber albergado pero no lo hizo por no cumplir por los requisitos y no avanzar en las construcciones de las instalaciones deportivas, por lo que terminó asignándosele a México.
Por último, en 2011 se celebró el Mundial Masculino de Fútbol Sub-20 en ocho ciudades de Colombia. Este torneo dio esperanzas al país para ser sede del Mundial de 2026, el que era el siguiente por ser asignado, aunque finalmente se le adjudicó a EE.UU, Canadá y México.
Más allá del balón
El ciclismo siempre ha sido uno de los deportes más seguidos en Colombia y algo tuvo que ver el mundial de 1995, celebrado entre Bogotá y Boyacá, que no solo puso a Colombia en el mapa deportivo internacional, sino que ayudó a que la imagen del país mejorase considerablemente.
Si bien los franceses se reían de cómo los ciclistas colombianos mordían “piedras”, que no eran más que bloques de panela (concentrado de azúcar), durante los torneos de ciclismo europeos, los ‘escarabajos’ demostraron entonces que su talento en este deporte no volvería a pasar desapercibido.