MINNEAPOLIS, MN.-
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México presentó este martes el informe ‘COVID-19: Caminar hacia la recuperación, resiliencia y sostenibilidad en México’, en el que ofrece siete recomendaciones para la recuperación sostenible del país para el año 2040 tras la pandemia.
“En el estudio se analiza cómo diferentes perfiles de asignaciones conllevan progresos muy variados en el logro de metas”, señaló Lorenzo Jiménez de Luis, representante residente del PNUD en México.
El directivo explicó además que un perfil presupuestario puede traducirse en el cierre de brechas, otro, en las mismas condiciones, “puede implicar el retroceso o el estancamiento de indicadores de desarrollo”.
A cuatro años de la declaración de la emergencia sanitaria, el informe, según el PNUD, analiza los “impactos multidimensionales” que tuvo la pandemia y también genera diferentes escenarios para recuperar los niveles de desarrollo prepandemia desde una perspectiva integral.
Almudena Fernández, economista en jefe del PNUD para América Latina y el Caribe, mencionó que el informe reúne dos prioridades clave: acompañar a los gobiernos con rapidez y agilidad en la respuesta a las crisis, y generar evidencia en tiempo real para apoyar en la toma de decisiones.
El documento utilizó estadística oficial histórica para 16 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y parte de datos más consolidados, para identificar los efectos prolongados de la pandemia en múltiples indicadores.
Los resultados
Según los datos, el PNUD identificó que previo a la pandemia la tendencia de 71,28 % de los indicadores de los ODS era positiva, pero posterior a ella, el 70 % de los ODS se vio afectado negativamente.
Asimismo, reveló que de los indicadores que previamente tenían una tendencia positiva, el 29,9 % conservó la tendencia; el 31,3 % vio su tendencia positiva disminuir y el 38,8 % pasó a tener una tendencia negativa.
“Por otro lado, de los 27 indicadores que mostraban una tendencia negativa antes de la pandemia, 16 (60%) empeoraron”, enfatizó el informe.
Siete recomendaciones
Ante este panorama, el PNUD presentó también siete recomendaciones, las cuales invitan a “replantear aspectos sustantivos, reacomodar prioridades presupuestales, al fortalecimiento institucional y a promover instrumentos para la rendición de cuentas”.
Entre otras recomendaciones están: promover la incorporación de la evidencia en el quehacer público, al incluir metas más factibles e implementar intervenciones más eficaces y eficientes; replantear el perfil de asignaciones presupuestarias que surgió posterior a la pandemia por no ser adecuado para el cierre de brechas en indicadores críticos.
También dijo que se debe prestar particular atención al ODS 16, de paz y justicia, en el que se enfrentan desafíos sistémicos; mejorar la calidad del monitoreo del gasto, mediante herramientas de transparencia, digitalización, la participación ciudadana y el fortalecimiento institucional, y hacer de la igualdad de género un elemento transversal de los programas presupuestarios.
Finalmente, se deben acompañar las inversiones en el ODS 8, sobre el crecimiento económico, de un adecuado financiamiento de intervenciones vinculadas a innovación e infraestructura, además de analizar afectaciones desproporcionadas relacionadas con el género, la identidad étnica, la edad o las condiciones de ocupación y socioeconómicas de las personas y adecuar el diseño de las políticas y los programas consecuentemente para la reducción de desigualdades.
