SAINT PAUL, MN
Hasta hace muy poco, pareciera que la tendencia en las tasas de suicidio entre la población de los Estados Unidos tendía a la baja, como podría esperarse. A lo largo de las décadas de los 80s y de los 90s, los datos mostraban dicha tendencia a la baja en el país.
“Había estado bajando de forma casi constante desde 1986, y entonces lo que paso es que observamos un cambio drástico,” dice Sally Curtin, una estadística del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, que es parte del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
En contra de la tendencia observada, las tasas de suicidio se han incrementado en un cuarto, al pasar a 13 suicidios por cada 100,000 personas, en el 2014, de un registro de 10.5 en 1999, según se desprende de un análisis presentado por Curtin y sus colegas, y que fue presentado al público este viernes 22 de abril de 2016.
Curtin sostiene que es un asunto muy difícil el trabajar con estos datos. En tanto que otras causas de defunción se encuentran a la baja, el número total de suicidios continúa en ascenso en lo general. Y llama la atención de que este comportamiento se observa entre personas menores de 75 años de edad, prevaleciendo entre los más jóvenes.
“Honestamente, he perdido el sueño desde que me enteré de estos datos,” dice Curtin. “No es posible afirma que se encuentra dentro de un cierto grupo de edad u otro o bien que prevalece entre hombres o mujeres. De hecho en todas las edades, las personas se encuentran en riesgo de cometer suicidio, y nuestros jóvenes muestran algunos de los mayores incrementos en los porcentajes.”
Hay un grupo que llama la atención entre quienes cometen suicidio. Se trata de las jóvenes mujeres d edades entre 10 y 14 años. Y es que, aun cuando los casos registrados representan un porcentaje bajo entre el total de suicidios, la tasa en ese grupo fue la que mostró el mayor incremento. En este grupo de población, la tasa de suicidios se triplicó en un período de 15 años, pasando de 0.5 a 1.7 casos por cada 100,000 personas.
Hoy, y tomando en cuenta la tendencia registrada en los 80s y 90s, existe la pregunta sobre lo que habría cambiado. Expertos en el asunto indican que los problemas económicos tienen gran incidencia en ello, al dejar a muchas personas desempleadas, lo cual puede incidir en el acceso a cuidado de la salud y a tratamiento de enfermedades crónicas mentales. En materia de estupefacientes, ha cambiado el consumo de cocaína y crack, con los jóvenes consumiendo heroína y medicamentes contra el dolor (u opiatos), que pueden ser letales en caso de sobreconsumo.
Y en el caso particular de las mujeres jóvenes, “No sabemos qué está pasando, para ser honestos.” Dijo Arielle Sheftall, quien trabaja en el centro de Prevención e Investigación del Suicidio, en el Hospital Nacional de los Niños, en Columbus Ohio. “Tenemos ideas, que podría ser esto, o podría ser aquello. Es muy difícil señalar un factor específico de riesgo que en realidad, y sin dudas, este determinando este comportamiento.”
Por lo pronto, y en tanto los especialistas sugieren poner atención en cualquier síntoma que apunte a la posible comisión de suicidio, y que se reporte al 1-800-273-8255, a fin de que se canalice el asunto apropiadamente.