SAINT PAUL, MN
El número creciente de personas que se encuentran en edad de retiro, y que se espera se acelerará en los años por venir, ha llamado la atención de especialistas en el estudio de la fuerza laboral y su impacto en la economía local. Así quedó de manifiesto en la pasada reunión anual de la Academia AgeBoom, desarrollado en la Universidad de Columbia. En ella, se reúnen especialistas en la materia y periodistas, autores y economistas.
Uno de los puntos relevantes fue que muchos de quienes se han retirado se sus trabajos habituales, buscan y encuentran nuevos empleos, a fin de enfrentar los días de profundo aburrimiento y tristeza que siguen al retiro. En otros casos, la sola actividad laboral permite a las personas retiradas mantener un estado de ánimo favorable para su salud.
Esa parece ser la conclusión a la que se llegó en tanto que fue repetido a lo largo de los tres días que duró la conferencia. El contar con un trabajo es benéfico para la salud física, emocional y cognitiva de quienes se hayan ya retirado. Y al mismo tiempo, señalan los expertos en la materia, la falsa percepción de que los retirados se convierten en una carga para la economía, se viene abajo, cuando que los mismos contribuyen a la misma pagando impuestos, y no requiriendo tomar beneficios de la Seguridad Social.
En esos términos se expresó John Rowe, profesor de Salud, Políticas y Envejecimiento de la misma Universidad de Columbia, y quien fuera también Ejecutivo en Jefe de Aetna, una de las compañías de seguros más grandes de todo el país.
Hoy en día, un mayor número de personas considera mantenerse trabajando por mayor tiempo, debido sobre todo a que no es posible para ellos el enfrentar los retos del retiro, al menos en el plano económico. Y es que el cambio de los formatos tradicionales de pensiones al formato de auto ahorro en formatos como el 401K, ha dejado a muchos sin ahorros suficientes para enfrentar con éxito el mantenerse a lo largo de las décadas que les queden por vivir.
Se estima que una persona de 65 años contará con otros 19 años de vida en promedio. Por ello, el trabajar por más tiempo, posponiendo el retiro, permite a la gente el incrementar sus ahorros y el posponer el solicitar sus beneficios de seguridad social, con lo que la economía se beneficia en 8 por ciento por cada año que continúen trabajando hasta que cumplan los 70 años.
Incluso la partición laboral en las edades de 65 a 69 años se ha incrementado a un ritmo mayor de lo que se había proyectado por parte de la Administración de la Seguridad Social, según reconoce Gary Burtless, de la Institución Brooking en Washington, y quien ha escrito numerosos libros en torno a los diversos aspectos económicos del retiro.
Algunas personas, sin duda, no pueden continuar laborando debido a condiciones físicas o bien por que la demanda de los trabajos disponibles, también en el aspecto físico, son enormes. Sin embargo, se recomienda que, si aún se cuenta con buenas condiciones para ello, se aplace el retiro, ya que con ello se contribuye a la economía y a la salud.
