MINNEAPOLIS, MN
Con sendos mensajes dirigidos a un recipiente, concluyó el tercer día de la Convención Nacional Demócrata. Los oradores fueron igualmente fuertes figuras públicas dentro del partido demócrata, quienes enviaron un claro mensaje al candidato oficial republicano, Donald Trump.
Hoy, el tercer día de la Convención, el programa se desarrolló con base en los diferentes temas que habían sido ya introducidos a lo largo de los primeros dos días a fin de impulsar la candidatura de Hillary Clinton y por ello presentó a las personalidades que podrían responder a los argumentos de los republicanos en contra de ella misma.
Destacaron sin duda las voces de múltiples representantes de víctimas de violencia involucrando armas de fuego, como la madre de uno de los jóvenes asesinados en Orlando, así como la hija de quien murió en otro evento involucrando armas de fuego. Grabrielle Giffords, ex representante federal demócrata conmovió a la audiencia, llamando al público a votar por Hillary, habiendo sido ella misma víctima de un atentado en el 2011. Hoy visible voz en pro de mayor control sobre posesión de armas, Giffords fue precedida por su propio esposo, quien también prestó servicio en las fuerzas armadas.
Luego tomó el foro el actual vicepresidente del país, Joe Biden, quien es visto como un claro e incuestionable representante de la clase media estadounidense, o como una persona promedio entre los liberales de los Estados Unidos, y como tal acusó a Trump de hablar paparruchadas cuando éste se refiere a la clase media del país. Indicando que el candidato republicano carecía del mínimo respeto por la clase media, remarcó que el magnate de la comunicación era incluso un millonario de “medio pelo” y que por tanto debía ser despedido, remarcando que los trabajadores eran de mula importancia para él.
El ex alcalde de Nueva York, y quien llegara a dicha posición apoyado por el partido republicano, pero hoy político independiente, argumentó en favor de Clinton, haciendo una aparición más bien especial en el contexto de la convención demócrata, cuestionando rudamente la capacidad de Trump para los negocios. Incluso le acusó de estafador, burlándose del “pequeño millón de dólares” que obtuvo el republicano como préstamo por parte de su padre.
Tim Kaine, el minnesotano de St. Paul, pero que ha hecho su carrera política en Virginia, se presentó por primera ocasión en público luego de haber sido elegido como compañero de fórmula de Clinton, para poner en duda la honestidad de Trump, como evidencia por la cual habría que votar por Clinton para que se convierta en la nueva presidenta de los Estados Unidos.
Y entonces el presidente Barack Obama se presentó como sólo él podría hacerlo, para indicar que Hillary Clinton era la persona con mayores calificaciones jamás vista para dirigir al país. Indicando que ni el mismo Bill, ni el propio Obama, habían llegado a la presidencia con tales credenciales. Con un discurso que refirió a su primera aparición en la convención nacional demócrata doce años atrás, cuando habló en apoyo a la candidatura de John Kerry, para luego referirse a su experiencia de casi ocho años como presidente, finalizando con un fuerte discurso en apoyo a Clinton, diciendo que estaba listo para pasar la estafeta a quien identificó como la futura presidenta del país.
Llamó a los ciudadanos del país a votar en contra de una demagogia creciente, representada por el candidato republicano, sin llegar a ser tan directo como fueron Bloomberg o Kaine. Pero subrayando la participación ciudadana como motor de su propio mandato y como parte del futuro del país, comprometiéndoles a apoyar a Clinton como lo hicieron al llevarle a él en dos ocasiones a la presidencia del país.
El mensaje de hoy fue claramente dirigido a quienes se ubican a la izquierda del espectro político estadounidense, así como a quienes se posicionan en el centro, a fin de motivarles a participar en la construcción de una campaña suficientemente convincente en torno a Hillary Clinton.
Hoy vimos a un Obama que ratificó por qué convenció a tantos y logró gobernar por dos períodos consecutivos, haciendo a muchos desde ahora sentir que se le extrañará a él y a Michelle en la casa blanca, pero invitando a sus simpatizantes a apoyar a Hillary Clinton con optimismo.
