MINNEAPOLIS, MN
Los dos miembros fundadores de la banda Metallica han dicho adiós a los días de las cabelleras largas, así también lo hicieron la mayoría de sus fans que asistieron a su concierto de este Sábado en la ciudad de Minneapolis. Sin embargo y de repente, esas antiguas camisetas negras con estampados distintivos, coloridos y agresivos, todas ellas estuvieron presentes y desde muy temprano.
El primer concierto de rock en el nuevo estadio USBank Stadium atrajo a miles de fans de fuera de la ciudad, el concierto de Metallica resultaba bastante atractivo para sus fans del Medio Oeste y estos se mostraron en cantidad por la mañana del día Sábado en las calles de la ciudad, consumiendo y preparando energías para lo que seria una noche de total euforia. La banda por su parte, llego desde días antes porque este era también el primero de sus conciertos en una nueva gira.
Ya en el evento, el estadio que es bello por fuera, impresionante en fachada y aparentemente uno de los mas modernos del país, presentó (intencional o no) baja iluminación y la ya comentada carencia de color o decoración en sus andenes, cuales a diferencia de lugares como Target Field o el CHS Stadium, no permiten tener un vistazo de la acción en el escenario. Pero se trataba de Metallica y estos detalles no fueron capaces de minorar la experiencia de ver a una de las mas grandes bandas en el mundo en nuestra ciudad.
Dos poderosos y armónicos actos de apertura (VolBeat y Avenged Sevenfold), con tintes de bandas como Halloween, Iron Maiden y el mismo Metallica fueron capaces de encender la tarima y de dejarnos saber que aun existe este tipo de rock y sus rockstars, poniéndolo todo muy listo para el arribo del cuarteto de San Francisco. Al comenzar su chequeo de sonido, fue notable escuchar la diferencia de intensidad y volumen del sonido en el estadio.
Claro en momentos, muy saturado en otros, nuestro escuchar desde la sección 111 del nuevo recinto resultó de principio un poco confuso. Era Metallica y no se trataba de cuan ruidoso podría ser, sino de si esa intensidad en el recinto iba a permitir la claridad en cada una de notas de la batería comandada por Lars Ulrich y los genialmente incesantes ritmos del llamado thrash metal en las canciones mas viejas de la banda. Asimismo, en cuanto al bajo, pensamos nuestro amigo Robert Trujillo podría sonar un poco mas alto también.
Pero era Metallica y era tiempo de olvidar comodidades y deseos de perfección. Inmediatamente, los riffs de James Hetfield y los solos de Kirk Hammett hicieron presa de mas de 50,000 asistentes al estadio. Y nosotros descubrimos inmediatamente que la banda tenia tan solo una misión, el satisfacer a todos sus clientes. Y así fue.
La vieja guardia, incluyendo a muchos fans latinos vistos en el estadio, se congratulo de escuchar un inicio con el punch de Creeping Death y For Whom the Bell Tolls. Entonces, era hora de saludar a los nuevos no tan nuevos fans y para ello, la banda toco King Nothing.
El saludo a Minneapolis de parte del líder Heathfield fue seguido por la espectacular Fuel y sus incendios artificiales que literalmente calentaban hasta el mas alejado del escenario. Estábamos para entonces, ya dentro de lo que era una noche épica.
Había que tomar un descanso y para ello, llego la poderosa Unforgiven, que para sorpresa nuestra, no causó mayor reacción de parte del público. Quedaron atrás aquellos días en que los encendedores o cerillos, incluso los celulares, salían y alumbraban los estadios. Los celulares ahora están todo el tiempo afuera, con foto, video, foto, mas video; ¿Como puede durar tanto la batería de estos teléfonos?
Sad But True dirigió de nuevo a la euforia, seguida de otras de colección como Fade to Black, Wherever I May Roam, Master of Puppets, y la siempre bienvenida One. Todas ellas de impecable ejecución de parte de estos músicos ya en sus 50’s; que si bien mantienen su esencia fuerte, con personalidad, jovial y rockera; era evidente que sus épocas de actitud agresiva e irreverente han pasado. Los artistas, todos unos profesionales han decidido satisfacer al cien por ciento a las personas que les siguen y les han seguido por decenas de años.
Metallica es Metallica y el público lo apreció. Metallica no vino, vio y venció; Metallica vino, venció y se quedo para compartir y agradecer de inmediato a los fans que a su alcance estaban. Metallica ha crecido y esta musicalmente a la misma altura de siempre, ofreciendo la calidad de siempre y con ello sigue deleitando a miles que les siguen desde los años de Seek and Destroy, una clásica de la banda y con la cual cerró su concierto.
Pero había un encore, y era obvio que la banda regresaría, para continuar complaciendo a todos, incluso a ellos mismos. Comenzando con su disquera al tocar la poderosa nueva canción Hardwired, a ellos mismos con el clásico cover Whiskey in the Jar de los días de garage y recordando a su ex compañero Cliff Burton, a los fans del globo entero con el himno Nothing Else Matters del álbum negro y del mismo para cerrar y cumplir con su cometido, Enter Sandman.
Metallica killing it at US BANK STADIUM. #MetInMN pic.twitter.com/GHSn1UW3DB
— Amanda Reed (@drreedar1) August 21, 2016
Clip from #One #MetInMN pic.twitter.com/QT3Zriwzpo
— Gustavo Mancilla (@GustavoMancilla) August 21, 2016