EDEN PRAIRIE, MN
En una visita a la ciudad de México, el secretario de Seguridad Nacional John Kelly prometió ayer que los Estados Unidos no usará militares para reforzar las leyes de inmigración y que no “habrá deportaciones masivas.”
Aunque lo dicho por Kelly contradice lo que le presidente Turmp había sugerido una horas antes, que la deportaciones iban a ser una “operación militar.”
El secretario añadió que las deportaciones se sujetarán a los requerimientos de derechos humanos y el sistema legal de Estados Unidos. Incluyendo a todos los que se enfrentan a la deportación. Dijo que este país trabajará en “cercana colaboración” con el gobierno de México.
Mientras que Kelly decía que “no se usarían fuerzas militares en inmigración y “que no habría deportaciones masivas,” Trump hablaba de “sacar a los tipos malos fuera del país en un porcentaje que nunca nadie ha visto antes.”
El mensaje del secretario Kelly y el Secretario de Estado Rex Tillerson, quienes viajaron para reunirse con oficiales mexicanos, fue completamente diferente al del presidente quien aseguró que había mandado a dos de sus más altos diplomáticos a la frontera en un “viaje difícil.”
El Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray resaltó las “publicas y notorias diferencias” entre los países y dijo que los Mexicanos habían levantado la “imposibilidad legal” de un gobierno que toma decisiones “unilaterales” afectando a otro país. Anteriormente, Videgaray había dicho que México estaba pensando en recurrir a las Naciones Unidas ante la posibilidad de que Estados Unidos este violando la leyes internacionales.
La contradicción entre Trump y sus oficiales del gabinete dejaron a México con una decisión incomoda sobre a quien creer, además de una indignación ante el anuncio de que Estados Unidos deportará a México a todos los inmigrantes ilegales que sean capturados en la frontera, incluyendo a aquellos que no tengan conexión con México.
Las nuevas políticas sobre inmigración, están haciendo temer a México acerca de la posibilidad de que emerjan campos de deportados y refugiados a lo largo de su frontera.
Durante su visita a México Tillerson y Kelly se reunieron a puertas cerradas con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. La oficina del presidente mexicano señaló que este le dijo a los secretarios estadounidenses que las prioridades principales de su país “es la protección de los mexicanos en los Estados Unidos y el respeto de sus derechos.”
Estados Unidos, sin embargo no reveló ningún detalle sobre la reunión.