MINNEAPOLIS, MN
Aun no logramos recuperarnos del atentado en el que murieron 80 personas y otras tantas resultaron lastimadas después del ataque químico en Siria y de la respuesta militar de Estados Unidos a ese país y ya tenemos nuevas imágenes violentas en las pantallas televisivas.
Ayer por la mañana nos levantamos con la triste noticia de una explosión de bomba durante un servicio cristiano en Egipto. El sábado con el ataque con arma en un gimnasio en la Florida y el viernes con un camión de cerveza en un centro comercial abierto en Estocolmo.
En este último caso, un hombre de 39 años proveniente de Uzbekistán secuestró un camión cerveza y se abalanzó sobre una multitud que caminaba por una de las principales calles peatonales de Estocolmo.
El ataque causó la muerte de al menos cuatro personas y una quincena de heridos, incluidos varios niños. El primer ministros de ese país, Stegan Löfvenm, calificó el hecho como un “atentado terrorista.” Horas después la policía arrestó al sospechoso, quien al parecer buscaba asilo en ese país y fue rechazado.
El sábado dos personas resultaron lesionadas cuando un ex entrenador abrió fuego un gimnasio de lujo a las afueras de Miami. La policía identificó al tirador como Abeku Wilson de 33 años, quien había sido despedido del club y regresó en su uniforme para matar al hombre detrás del mostrador del gimnasio para después suicidarse. Dos personas más fueron llevadas al hospital, en donde fallecieron.
En plena celebración de Domingo de Ramos, el grupo yihadista atacó ayer a la milenaria comunidad cristiana Copta en dos atentados sucesivos con bomba, las cuales explotaron en pleno servicio dejando al menos 44 muertos y más de un centenar de heridos.
La primera explosión la produjo una bomba artesanal en el interior de la iglesia de San Jorge de Tanta y en la cual se celebraba el comienzo de la celebración de la Semana Santa, murieron 28 personas y 70 más resultaron heridas.
La segunda explosión fue en el exterior de la catedral de Alejandría, donde un terrorista activó una carga explosiva cuando fue detenido por la policía al intentar ingresar a la iglesia. La onda expansiva causó 16 muertes y unos 40 heridos.
Los coptos, representan un 10% de la población egipcia y son la minoría cristiana más numerosa de Oriente Próximo. Aunque oficialmente son protegidos por el Estado de Egipto, son socialmente discriminados en una nación hegemónicamente musulmana.