MINNEAPOLIS, MN
Hace unos días, la alcalde de la ciudad de Minneapolis, Betsy Hodges, fue calificada como la segunda peor alcalde del país. Entre las razones argüidas se encuentra el fracaso en el proyecto de renovación de la popular vialidad de Nicollet Mall. Han sido ya cerca de dos años en los que la famosa vialidad se ha visto afectada con golpeteos constantes y el surgimiento, casi cotidiano de nuevos boquetes.
Ante esta situación, la alcalde de la ciudad sostiene que el proyecto se ha desarrollado bajo el tiempo presupuestado, y que el próximo mes de noviembre llegará a su fin.
Entretanto, los dueños de negocios que subsisten en la misma zona, se han manifestado expresando que ha sido un proyecto que les ha afectado significativamente, y que los costos que han tenido que asumir les han puesto cerca a verse obligados a cerrar sus puertas.
Cabe recordar que el proyecto dio inicio en abril del 2015.
En aquel momento, se estimaba que la nueva imagen de Minneapolis estaría visible y funcional coincidiendo con la inauguración del nuevo estadio de los Vikingos. Hoy, el discurso indica que la zona, que busca convertirse en referente turístico, se encontrará disponible a visitantes locales y foráneos para el momento en que el Tazón profesional de futbol americano tenga lugar.
Hodges indicó que el proceso continuará generando frustración entre muchos, como ocurre, dijo, en todo proyecto de construcción. Sin embargo, afirma que el resultado final será el de una profunda transformación del centro de la ciudad, y que tendrá impacto en futuras generaciones de habitantes de la ciudad.
Entre quienes han participado, de una u otra forma, en el proyecto de renovación de la famosa calle, se ha expresado que habría la promesa de que el proyecto concluiría en un lapso no mayor a 18 meses. Por ello, cuando hoy se habla de que ello ocurrirá en casi tres años, el descontento es un elemento común. Para muchos, la zona asemeja a una calle bombardeada, deprimente, que ha dejado de atraer a la gente que visita el centro de la ciudad.
Representantes de diversas comunidades en la ciudad se han abocado a respaldar a la alcalde, sosteniendo que el proyecto se ha desarrollado bajo los tiempos y presupuesto aprobados. Y se destaca también que las autoridades han mantenido constante comunicación con los negociantes de la zona, a quienes se les ha informado oportunamente sobre cualquier cambio o afectación que haya de ocurrir y que haya ocurrido.
Al mismo tiempo, se ha dicho, por parte de voceros de los dueños de negocios en Nicollet, que si bien no se esperaba que llevara tanto tiempo para concluirse, es obvio que se trata de un proyecto complejo, que busca renovar una vialidad, transformándola profundamente, al tiempo que se le mantiene funcional.
Lo cierto es que coincidiendo con la construcción en progreso, diversos negocios importantes, e incluso icónicos de la zona, han cerrado sus puertas. Destacan Macy’s, Barnes and Noble y algunos restaurantes, como lo es el caso de Masa.