SAINT PAUL, MN
El contexto es complicado para la casa blanca esta semana. La presión de parte del congreso para que el presidente firme y apruebe las sanciones propuestas en contra de Rusia, se presenta en coincidencia con nuevas declaraciones en torno al caso Rusia, y la participación de la familia entera (hijo, yerno, hija…). Por si fuera poco, acaso buscando desviar la atención de la prensa y la opinión pública en torno al caso Rusia y a los constantes cambios en el gabinete: diez días de Secaramucci, quien no logró siquiera tomar su oficina, Trump anuncia una nueva meta migratoria, proponiéndose la disminución a la mitad del número de migrantes documentados a este país.
Así, bajo un cielo tormentoso, el pasado lunes el mismo Trump afirmó que el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, habría conversado con él vía telefónica para felicitarle por la disminución en el número de personas que cruzan las fronteras del sur y del norte del territorio mexicano. Y, para ser más explícitos, Trump declaró que Peña le habría llamado para “felicitarle por dicho logro,” con la disminución más evidente en el número de cruces en la frontera entre México y los Estados Unidos.
La situación provocó reacciones entre funcionarios mexicanos, quienes, en toda oportunidad, insistían en que dicha llamada jamás habría ocurrido. Al tiempo, entre opositores al régimen priista, hubo quienes incluso expresaron que no sería ninguna sorpresa que el presidente mexicano haya en efecto llamado a su contraparte en los Estados Unidos. Ello, sustentado en la reacción inmediata del mismo gobierno Azteca, al apoyar la medida propuesta de establecimiento de sanciones en contra de Venezuela, por parte de los Estados Unidos, en plena discordancia con la tradición mexicana de defender la premisa de no intervención por parte de México en cualquier conflicto fuera del país.
Este miércoles, la Casa Blanca ha reconocido que la llamada entre ambos presidentes no existió jamás.
Personas encargadas de la comunicación entre el gobierno y agencias, indicaron que el presidente estadounidense se habría referido a la conversación que ambos mandatarios habrían sostenido en la reciente reunión cumbre del grupo de los 20, que tuvo lugar en Alemania.
Así lo indicó la vocera de la presidencia, Sarah Huckabee, indicó que los presidentes habrían conversado al respecto en el marco de la reunión del grupo, entre tantos otros temas que se habrían abordado durante la breve reunión.
Por su parte, la cancillería mexicana indicaba que el presidente Enrique Peña Nieto habría hecho referencia a que las deportaciones de Estados Unidos a México, de conciudadanos, habría disminuido en 31 por ciento, con datos referidos al período de enero a junio de 2017, comparado con el mismo período en el 2016.
En su previa referencia, Trump indicó que el problema de la frontera sur con México es una situación compleja y “tremenda”, pero que el número de ingresos indocumentados se habría detenido en casi 80 por ciento.
“Hasta el presidente de México me llamó, dijeron que en su frontera sur, muy poca gente está ingresando porque saben que no podrán pasar por nuestra frontera, y que eso es el máximo halago.”
Para funcionarios mexicanos, el hecho de que se registre una reducción notable en el número de cruces fronterizos, es algo positivo, pero no podría convertirse en un pretexto para halagar al presidente del vecino país. Y, luego de la aclaración de la vocera de la Casa Blanca, el asunto pasa a formar parte de la larga lista de comunicados erróneos hechos por el presidente Trump.