MINNEAPOLIS, MN
En el peor de los escenarios, suponiendo que los reaccionarios anti-inmigrantes se salen con la suya, que fueran tan numerosos como imparables, que no hubiera una ideología progresista lo suficientemente capaz para hacerles frente, y que tuvieran toda la libertad para hacer de Estados Unidos su voluntad.
Entonces, estos reaccionarios implementarían enseguida (siempre bajo la ley) varias cosas:
La migra (por ley) controlaría departamentos de policía y cárceles de todo el país; las ciudades santuario (por ley) estarían absolutamente prohibidas; los inmigrantes (por ley) tendrían temor a reportar crímenes, así hayan sido testigos o víctimas directas de un crimen; toda institución de gobierno estaría obligada (por ley) a colaborar con la migra; habría muchos más campos de concentración (por ley), eufemísticamente conocidos como “centros de detención”; todos los lugares de trabajo serían obligados (por ley) a usar programas de deportación para detectar indocumentados; sería algo normal y cotidiano (por ley) interrogar a todo aquel que no sea o que no parezca de piel pálida, la pregunta natural de la policía sería “¿tienes papeles?”; habría verdaderas redadas masivas (por ley), de noche y de día, por todo el país, y de los 11 millones de indocumentados, a unos los encarcelarían y al resto los deportarían de forma acelerada, usando la única herramienta para poder lograr tal cosa, que sería con tácticas fascistas.
Y claro, todo esto estaría “amparado por la ley”.
El escudo protector de los mal llamados “ilegales” radica en nuestra capacidad para ser solidarios entre nosotros, nuestro escudo protector es el apoyo y simpatía que recibimos de millones de progresistas en todo EEUU. Nuestro escudo protector es la unidad que se pudiese lograr en los tiempos más difíciles.