MINNEAPOLIS, MN
Con entusiasmo, acudimos a la sala de cine, contando con el número exacto de entradas para ver Coco, la nueva cinta de Disney/Pixar. Y llegamos con conocimiento de causa, ya que en México la película ha tenido un gran éxito desde el momento en que tuvo su estreno ahí, el pasado 1 de noviembre. Amigos y conocidos coincidían: es una peli que vale la pena ver.
Contando las travesías de un niño mexicano, Miguel, quien por accidente llega al mundo de los muertos, precisamente en el día en que todo México les celebra.
La cinta de Pixar conjuga un cuento, acaso como esos cuentos típicos mexicanos, con la maestría de animación que les es característica. Al mismo tiempo, se trata de una película que rinde tributo a una costumbre ancestral en la cultura mexicana.
Y, a la sala acudirían representantes de la cultura mexicana misma en número significativo. Como nunca se ve en las salas de cine del área metropolitana de las ciudades gemelas, extendiendo la fiesta mexicana a las butacas. Incluso, una de las salas en el complejo de cines del centro comercial de Rosedale estaba destinada a la celebración de una fiesta familiar, con los padres de la quinceañera habiendo apartado la exhibición de la afamada cinta en forma exclusiva.
De esa forma, el ambiente se sentía festivo, de lo más apropiado para el estreno de Coco. El español era, como en contadas ocasiones, el idioma dominante en el área de venta de palomitas y sodas, y los rostros mayoritarios eran de gente Latina. Con muchos niños correteando por los pasillos, y pidiendo les compraran los dulces que introducirían a la sala.
Todo justificado. Todo listo para disfrutar de una cinta colorida, como lo es la cultura mexicana. Una película llena de vida al relatar la experiencia del pequeño Miguel en el mundo de los muertos. Un ejercicio cinematográfico que se muestra respetuoso y reconociendo el sentido de la celebración del día de muertos en México.
Acaso el que las voces de los personajes fueran las de notables actores mexicanos, o de origen mexicano, como Gael García Bernal, Jaime Camil, Renee Victor o Benjamin Bratt. Ellos otorgando voces a los personajes Héctor, padre de Miguel, Papá y Abuelita, en forma convincente, y mezclando de forma apropiada el español con el inglés, sin romper en ningún momento con la fluidez de los diálogos. La voz de Miguel, el personaje central, es la misma que la del pequeño de 12 años de edad, Anthony González, quien cumple así su sueño de participar en una cinta de alta distribución.
Con Coco, nos inmiscuimos en una reflexión profunda sobre el sentido de la vida, de los valores familiares y de la moral como centro de la vida misma. Pero también, y acaso más dirigido a los espectadores anglosajones, se trata de una lección sobre la importancia de la celebración del Día de Muertos en México, como parte del equilibrio en el que vivimos cotidianamente. La vida, efímera como es, tiene su continuación en un universo paralelo, en donde nuestros muertos “viven” hasta en tanto alguien los recuerden.
Una historia muy bien contada, con claro respeto a las tradiciones que aborda, y que ha quedado de manifiesto en palabras de críticos del celuloide, Coco cumple sobradamente con las expectativas, y nos ofrece una excelente oportunidad para que, este fin de semana, nos regalemos con la oportunidad de asistir a las salas de cine, y disfrutemos con nuestros hijos de un maravilloso filme.