SAINT PAUL, MN
Dentro del contexto que ofrece la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la nación, reinstituyendo la prohibición de arribos de ciertas naciones, incluyendo Chad, Iran, Libia, Corea del Norte, Somalia, Siria, Venezuela y Yemen, se ha documentado que el número de crímenes cometidos en el país, con base a diferencias raciales o étnicas, se ha incrementado.
La tendencia no es nueva. A partir del 2015, el número de eventos que suponen agresiones entre grupos raciales o de identificación religiosa, ha subido en relación con años anteriores. De acuerdo con estadísticas de la Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés), los grupos a los que mayormente pertenecen las víctimas son los musulmanes, aun cuando se han incrementado aquellos en los que las víctimas son personas de raza blanca.
Si bien las estadísticas pueden ser cuestionadas, dado que no se registran muchos casos en los que las victimas temen el presentar denuncias, la tendencia observada muestra un incremento sostenido. De acuerdo con analistas del fenómeno, tanto las víctimas, como los mismos cuerpos policiacos, dejan de reportar los casos. En suma, el problema se estima sea mucho mayor que lo que se puede conocer.
Como elemento a considerar, estas cifras muestran mayor claridad en ese sentido a partir de las campañas electorales que llevaron al actual presidente a la Casa Blanca. Y han sido dos años consecutivos en los que se ha registrado un mayor número de casos.
En el país entero se han registrado 6,121 casos reportados en los que se ha perpetrado un acto criminal en contra de alguna persona o grupo de personas, con base en argumentos raciales o étnicos, incluidos las creencias religiosas. Como ratificación, han sido 684 casos denunciados en los que las víctimas son identificadas como judíos. Le siguen los casos en contra de personas de religión musulmana, que se han incrementado en 19 por ciento con relación al año anterior.
En el estado de Minnesota, para el período reportado por el FBI, se han registrado 119 casos de crímenes de odio, reportados, suponiendo un incremento de alrededor del 10 por ciento en relación con los 109 registrados en el 2015.
Existen también los casos en los que las víctimas no logran a denunciar a sus agresores, y están también aquellos en los que la agresión no es percibida como tal. Así queda de manifiesto en los múltiples eventos reportados en los medios de comunicación social, como Facebook o Twitter. En dichos casos, ninguna autoridad acude a tomar cartas en el asunto, y por tanto dichos eventos quedan sin ser tomados en cuenta, salvo para quienes lo viven.
Cuando se hace el recuento, musulmanes, latinos, afroamericanos, son víctimas comunes de agresiones verbales que subrayan las diferencias étnicas y raciales.
Como se ha mencionado anteriormente, el mayor incremento se ha observado a partir de las campañas electorales, pero fue en el mes de noviembre de 216 cuando se alcanzó el mayor número. Se estima que en el 2017 la tendencia continúe, y para los analistas del tema ello se asocia al discurso provocador del presidente de los Estados Unidos, y su claro apoyo a grupos radicales en el país.