MINNETONKA, MN

¡Feliz Año a todos! En este primer artículo del 2018, quiero hacer una pausa y reflexionar acerca de la importancia de comer sano para prevenir enfermedades, especialmente la diabetes Tipo 2.

Hay dos tipos de diabetes, la Tipo 1 con la que se nace y no tiene cura, y la Tipo 2 que puede prevenirse a través de un estilo de vida saludable. La cocina hecha en casa es una de las mejores formas de controlar la sal, la grasa, y el azúcar, y el consumo innecesario de calorías.

Tengo la fortuna de servir en la junta directiva de la Asociación de Diabetes Americana de Minnesota y he aprendido muchísimo acerca de la seriedad de esta enfermedad, como también de las estadísticas relacionadas con nuestra comunidad latina. Los latinos tomamos el tercer lugar en alto riesgo de contraer diabetes Tipo 2, la que con esfuerzo y dedicación podemos ayudar a prevenir (y tal vez a erradicar algún día) con un estilo de vida saludable consistente.

Para fomentar cambio en las generaciones, es necesario que los padres estén conscientes de que la educación acerca de comida, bebida, y comportamiento empiezan en casa. Las escuelas, iglesias, y otros centros educativos ayudan a enforzar lo que los padres empiezan. No lo contrario.

Para que sus hijos aprendan a comer sano, usted primero tiene que dar el ejemplo. Si un niño es melindroso, hay que enseñarlo a que gradualmente coma una variedad de comidas, principalmente frutas y verduras. Todos imitamos buenos y malos ejemplos y los niños absorben como esponjas todo lo que ven a su alrededor desde una temprana edad.

Para lograr que su familia coma lo que usted haga en casa, empiece por enseñarle a sus hijos que no hay otra alternativa a lo que se sirve para el desayuno, almuerzo, o cena. Simplemente, como adulto y padre, usted tiene el don de disponer el menú saludable y los niños de confiar en que sus padres harán la mejor elección.

Una de las formas que enseñé a mi hijo a comer de todo, es precisamente indicando que tenía que probar un poco de cada cosa en su plato. A veces los jóvenes dicen que no les gusta antes de probar, ya sea por el aspecto de la comida o el aroma. En muchas ocasiones yo comía primero y luego mi esposo y comentábamos que “qué rica” estaba la comida. En muchas ocasiones esto bastó para que mi hijo se lanzara a probar algo nuevo.

Es importante notar que enseñar a un niño a comer sano es cuestión de tiempo y compromiso. No sucede de la noche a la mañana. Pero con perseverancia y constancia se logra cualquier objetivo que se proponga, incluyendo inculcar buenos hábitos alimenticios en sus hijos para que mañana puedan hacer elecciones educadas cuando se encuentren fuera de casa.

Es muy simple, si usted no les enseña que una ensalada no solo es deliciosa pero buena para su cuerpo, ellos no entenderán que el propósito de comer además de saciar el hambre deliciosamente, es también contribuir a su salud. Todos tenemos la responsabilidad de educar y los niños tienen el deber de usar y pasar esa información a su propia familia.

Hoy en día oímos de tanta enfermedad vinculada con el sobrepeso además de la diabetes y esto se debe a falta de educación tanto de padres como de sus hijos. Para prevenir la obesidad y enfermedades resultantes, es crucial que primero cambiemos la forma en que nos enfocamos en comer, desde la comida en casa, hasta la hecha fuera de ella.

Les deseo un saludable y próspero año con una receta fácil, deliciosa y saludable. ¡Buen provecho!

BACALAO A LA VIZCAINA

Receta por la chef Amalia Moreno-Damgaard (AmaliaLLC.com). Sirve de 4 a 6

Bacalao a la Vizcaina es un plato tradicional de España el cual se modificó en América Latina de acuerdo a los gustos y preferencias de cada país, región y familia. Originalmente se hace con bacalao seco el cual tiene un alto contenido de sal y para usarlo hay que remojarlo en varios cambios de agua fría días antes de su preparación para desalarlo y lograr una consistencia más suave. El bacalao fresco es más saludable y fácil de incorporar a esta deliciosa receta.

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  2 cdas aceite de oliva

• 1 cda ajo picado fino
• 2 cdas cebolla picada fina
• 1/3 taza tomates roma hechos puré
• 1/3 taza chiles pimientos rojos hechos puré
• 2 hojas de laurel
• 3 cdas the pulpa de tomate en lata
• 1 cda pasta de tomate disuelta en 1-1/2 taza de agua o caldo de mariscos
• 1/3 taza de chiles pimientos de bote cortados en tiritas
• 8-10 aceitunas españolas rellenas de pimientos en rodajas
• 2 cdas de alcaparras españolas
• ¾ cdita de sal kosher
• pimienta negra recién molida al gusto
• 2 tazas de papas tipo Yukon gold, cocidas al dente en agua salada
• 1-1/2 a 2 libras de bacalao fresco cortado en 6 porciones uniformes
• Para adornar: perejil de hoja plana

Ponga el aceite de oliva en una sartén honda. Bajo fuego medio saltee el ajo y la cebolla por 2 minutos. Agregue el puré de tomates y chiles pimientos y continúe salteando por 2 minutos más. Agregue las hojas de laurel, los tomates enlatados, la pasta de tomate diluida, las tiras de chile, las aceitunas y alcaparras, y sazone a su gusto. Cueza por 5 minutos.

Baje la llama y agregue las papas y sumerja el bacalao en la salsa. Cueza hasta que el bacalao se vea opaco, unos 5 minutos. Pruebe y ajuste la sazon si fuera necesario. Adorne con perejil.

Nota de Amalia

Si elige usar bacalao seco, remójelo en agua fría en la refrigeradora por 3 dias consecutivos cambiándole agua cada vez. Pruebe el agua en cada cambio y notara que la sal tiende a desvanecerse en cada cambio de agua.