El ex director de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, quien ha sido procesado por lavado de dinero y otros cargos, ha introducido una demanda legal en contra de Robert Mueller, cuestionando su capacidad y autoridad e indicando que el Departamento de Justicia (DOJ) ha violado la ley al nombrar a Mueller como líder.
Curiosamente, Manafort ha presentado la demanda legal en la Corte de Distrito de los Estados Unidos en Washington, DC, justamente en la misma instancia en la que él y otros miembros del equipo de campaña de entonces candidato republicano, han sido procesados. Ante ello, los indiciados han declarado que ninguno de ellos se encuentra relacionado con los crímenes de que son acusados. Como respuesta, el DOJ sostiene que Manafort y otros habrían practicado antesala con representantes rusos y de Ucrania.
En este contexto, la acusación presentada por Manafort en contra de Mueller, aparece como parte de una amplia serie de esfuerzos que han desarrollado quienes apoyan al actual presidente, buscando contrarrestar el trabajo que desarrolla el consejero especial en el caso Rusia. Todos ellos siguiendo el argumento hecho por el mismo presidente, quien ha manifestado duras críticas, al manifestar que la investigación que ha desarrollado Mueller sobre la intromisión rusa en las elecciones del 2016, se enfoca en crímenes que nunca ocurrieron.
Cuando Steve Bannon enfrenta igualmente duras críticas por parte de su ex jefe, siendo acusado de haber perdido su mente, la acusación de Manafort indica que Mueller ha excedido sus capacidades, de la misma forma que lo ha hecho el Abogado General Rod Rosenstein, cuando éste último habría firmado para asignar a Mueller en su cargo. En la demanda, Rosenstein habría abusado de su autoridad para nombrar al fiscal especial, así como obviando la definición de restricciones específicas en las capacidades y acción de dichos nombramientos en el DOJ.
Para algunos, la demanda está repleta de frivolidad, pero, dentro del mismo departamento de justicia, quienes han introducido la demanda están en pleno derecho de hacerlo. Por ejemplo, como parte de las “pruebas” presentadas para sustentar la demanda, se acusa a Mueller de que ha emitido más de 100 citaciones a declarar ante jurado, tan solo en torno al caso Rusia, e involucrando a Manafort en todos ellos.
Para el demandante, no tiene sentido que algunas de las citaciones demanden información relacionada al año 2005, o el 2010. En el caso personal de Manafort, su citación incluye información de 2006 al 2014, lo cual es considerad en la demanda como fuera de temporalidad en los casos investigados, ocurridos en el 2016.
Manafort reconoce haber trabajado para el gobierno de Ucrania, por lo que tuvo reuniones regulares con el embajador de Estados Unidos en Kiev, con lo que sugiere que el gobierno estadounidense sabía en ese entonces a lo que se dedicaba. E insiste que bajo esos argumentos, no ha cometido ningún acto ilegal, y que Mueller ha excedido sus capacidades y límites en su acción, al recopilar cerca de 400,000 documentos diversos, de los cuales se han identificado a 2,000 como con especial relevancia en el caso.
Un demandado demandando a su demandante… Cosas que parecen comunes entre los miembros del equipo del presidente y del presidente mismo, quien presume tener un botón nuclear más grande y más poderoso que el del presidente de Corea del Norte…
