SAINT PAUL, MN
Un hombre, condenado a morir ejecutado por haber cometido un crimen del que se dice inocente, pasa los últimos días de su vida estableciendo una cercana relación con una monja que, debido a una serie de cartas y comunicados recibidos por parte del preso, siente una forma de lástima por el condenado a muerte, y se plantea, como religiosa, que todo individuo tiene derecho al perdón divino. El convicto convence a la religiosa de solicitar una última apelación, buscando revertir el veredicto, sin lograrlo.
Sin embargo, a lo largo de la historia, la relación entre la hermana y el condenado, se transforma en una que podría caracterizarse como compleja, a grado tal que el convicto declara su amor a la religiosa pocos momentos antes de su ejecución.
La historia fue presentada en forma brillante en la cinta de 1995, dirigida por Tim Robins, y con las soberbias actuaciones de Susan Sarandon y Sean Penn, como la monja y el condenado a muerte. Jake Heggie colaboró con Terrence McNally en la realización de la versión de ópera de la misma historia, estrenándose el 7 de octubre del 2000, en el War Memorial Opera House de San Francisco.
Hombre Muerto Caminando (Dead Man Walking), se presenta en el magnífico escenario del Teatro Ordway, bajo la conducción de Michael Christie, la dirección de Joel Ivany, y con la participación, como director asistente, de David Radamés Toro. Si bien resulta un tanto extraño escuchar una ópera original en inglés, y sobre todo siendo originalmente escrita, musicalizada y producida en los Estados Unidos, el trabajo desarrollado en escena resulta de gran calidad.
Lo logrado por Kerry Masek en el escenario es simplemente soberbio, con la recreación del ambiente y vida de una prisión, con un foro movible y complejo, que enriquece la producción en su totalidad. Incluso, la primera escena donde se reproduce el crimen cometido en contra de dos jóvenes asesinados por un grupo de delincuentes, se presenta sobrecogedor, extremadamente realista e impactante. La representación de un lugar boscoso, con efecto de sombras, es simplemente increíble.
La obra se basa en el libro escrito por la propia monja, Helen Prejean, quien incluso participara como asesora de la versión de ópera, y en el escenario trajo la bella voz de Catherine Martin representando a la Hermana Helen. El bajo barítono, Seth Carico, representa a Josehp De Rocher, el preso pronto a ser ejecutado, quien reconoce la crudeza del proceso previo a su ejecución e intenta redimir sus culpas a fin de, al menos, recibir el perdón divino que le ofrece la Hermana Helen.
Hombre Muerto Caminando es la ópera que mayor número de presentaciones ha logrado entre las obras contemporáneas, a pesar de ser una puesta difícil, en ocasiones sumamente intensa hasta dañar a la audiencia, pero con una fuerza narrativa que corre de principio a fin sin mayores problemas. Acaso, repito, el escuchar ópera en inglés pueda ser algo novedoso, pero al final de la obra, uno reconoce la calidad invertida en el trabajo conjunto.
Una virtud de los productores, es que la presentación cuenta con sobre-títulos en inglés, que sin duda permiten una mejor comprensión de lo cantado, y que también, según testimonio de un par de presentes, permite seguir la historia aun cuando el inglés no sea tu primera lengua.
La obra se presenta hasta el 7 de Febrero. ¡No te la pierdas! Asiste al Ordway, visita las esculturas del parque Rice y pasa un buen momento, al tiempo que, junto a Helen y Joseph, reflexionas sobre el sentido de la vida, y de la muerte.
