SAINT PAUL, MN
Hoy es más evidente la necesidad de implementar medidas justas que terminen o eliminen las brechas entre los niveles de ingreso que se registran entre hombres y mujeres. Mucho se ha documentado que por trabajos iguales las mujeres muestran ingresos menores a lo que se asigna a los hombres. Y de ello hay pocas firmas que quedan exentas.
La firma UBER, que ofrece servicio de transporte con conductores que generan sus propios ingresos, desarrolló un estudio en colaboración con las Universidades de Chicago y Stanford, a fin de encontrar respuestas a la brecha que se registra entre hombres y mujeres que conducen sus propios vehículos para generar sus propios ingresos.
La firma opera bajo la premisa de que ningún conductor, bajo ninguna circunstancia, recibirá una cuota de ingreso diferencial, lo cual se aplica a la condición de género. Entonces si no existe práctica que lo justifique, en UBER la pregunta que se planteó fue: ¿Por qué prevalece dicha brecha en el ingreso entre hombres y mujeres que conducen bajo la firma?
El estudio desarrollado se basó en el análisis de 1.8 millones de viajes que se registraron bajo UBER. Con la información colectada, se estableció que el ingreso de los hombres es superior en cerca de 7 por ciento al que perciben las mujeres que conducen en UBER. Esto es, el ingreso promedio por hora, lo cual es semejante a la brecha observada en otras empresas.
De acuerdo con el reporte presentado por los autores Cody Cook, Rebecca Diamond, Jonathan Hall, John A. List y Paul Oyer, los datos consultados permiten el descubrir en su totalidad los determinantes de la brecha en ingresos entre hombres y mujeres. Resalta que los hallazgos del estudio no ratifican una práctica discriminatoria dentro de la firma UBER. Es decir, que las diferencias de ingreso entre hombres y mujeres se deben a otros factores, y no a la práctica discriminativa de asignación de ingresos.
Antes bien, son tres factores los que influyen en las diferencias registradas: la experiencia en el uso de la plataforma UBER (el aprender del sistema al usarlo); las preferencias sobre los lugares en los cuales trabajar para elegir clientes, así como el momento en el cual hacerlo; y las inclinaciones individuales por la velocidad a la que se conduce.
En otras palabras, los hombres tienden a elegir sitios más lucrativos, mayormente áreas urbanas más congestionadas, en donde pueden obtener ventaja de costos a usuarios más altos, y al incremento momentáneo que genera el sistema al crecer la demanda del servicio.
Asimismo, los hombres en general tienden a invertir mayor tiempo conduciendo sus autos bajo UBER que las mujeres, por lo que sus ingresos son mayores en promedio. Ello se traduce, de acuerdo con el estudio, en que se adquiere mayor experiencia en identificar los mejores momentos para conducir, cuales son los sitios que mejor pagan y se llega a ser estratégicos en la forma de cancelar y aceptar solicitudes de servicio. Quien ha realizado más de 2,500 viajes llega a percibir 14 por ciento más por hora que quienes han completado menos de 100. Los hombres tienden a trabajar mayor tiempo en UBER que las mujeres, y como consecuencia, incrementan sus ingresos.
Finalmente, los hombres tienden a conducir a mayor velocidad que las mujeres, completando sus viajes en menor tiempo. Al eso ocurrir, también encuentran mayor disponibilidad para completar un mayor número de viajes por hora.
Un estudio que contiene una larga serie de referencias de estudios hechos en otras firmas y áreas laborales, con lo que se han considerado las variables que puedan jugar algún papel significativo para explicar el fenómeno. Un estudio serio que muestra la necesidad de incluir una mayor amplitud en la busca de respuestas a los problemas que se viven cotidianamente, y acaso así podamos encontrar igualmente mejores medidas para resolverlos.
