CIUDAD DE MEXICO.
Faltan cuatro meses para que tenga lugar las que se han identificado como las más caras elecciones de la historia de México. Una elección que se ha desarrollado ya a lo largo de mucho tiempo con anticipación, y en la que se espera un proceso cerrado, competido y hasta interesante.
Hasta hoy, el candidato de MORENA, quien compite por tercera ocasión por el mismo cargo, Andrés Manuel López Obrador, se mantiene con clara ventaja sobre cualquiera otro candidato o candidata. Apenas ayer, 2 de marzo, el diario español El País, publicó una encuesta en la que López Obrador contaría con el 37.8 por ciento de las preferencias electorales, frente al 29.2 que obtendría Ricardo Anaya, y el 23.8 por ciento para José Antonio Meade.
A lo largo de los últimos cinco meses la situación se ha mantenido, con pocas variaciones, e incluso en algunos casos, luego de un ajuste para alguno de los candidatos, una posterior encuesta muestra que la brecha vuelve a abrirse. Quienes se mantienen sin oportunidad alguna, por lo menos hasta ahora, y a menos que ocurra un verdadero milagro, son los lejanos 4º y 5º sitios en la encuesta, que son Margarita Zavala (con el 6 por ciento de las preferencias entre los encuestados) y Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco, quien obtuvo el 3 por ciento).
Con este marco, se ha desatado ya una abierta serie de ataques, acusaciones y desacreditaciones entre grupos y candidatos, pese a que las campañas habrán de dar comienzo oficialmente a partir del próximo 30 de marzo. Y, sin embargo, entre los tres candidatos con mayor fuerza se ha establecido ya un espacio en el que las batallas verbales y motivacionales entrechocan y se conjugan generando ansiedad y cansancio desde ya entre miles de futuros votantes.
Es un tema recurrente, sin embargo, en el que los ciudadanos “de a pie”, comentan las últimas noticias, y reiteran su posición previa, indicando que, en caso de que resulte triunfador uno u otro candidato, se podrían listar series de consecuencias. En muchos casos, se expresa temor por la posibilidad de que llegue a ser electo el candidato que lidera las encuestas; en otros, se plantea el riesgo de continuidad si el triunfador es el candidato oficial; algunos indican que Ricardo Anaya sería un riesgo dado su pasado recientemente denunciado por el propio sistema.
La radio local, en cualquier oportunidad, se abre en espacios, intermitentes, o permanentes, para hablar y escuchar lo que se opina, se dice de los candidatos. Y en tantas otras ocasiones, los canales de televisión transmiten ya anuncios pagados por los mismos candidatos o partidos, presentando posiciones políticas o de crítica a otros. Sin embargo, como aun no es oficial, las propagandas son veladas, pero anticipando la llegada de ataques virulentos y directos. Foros de opinión, en los que analistas y editorialistas plantean sus puntos de vista, llegando a posicionarse, mayormente contra alguno, y pocas, muy pocas ocasiones, en favor de otro.
Los tiempos políticos comienzan a ser candentes en México, y la gente comienza ya, sin embargo, a mostrar algo de fastidio, de hartazgo por escuchar los mismos argumentos una y otra vez, sin sentirse capaces de convencer a quienes intentan hacerlo con uno mismo.
Al mismo tiempo, como acertadamente lo señala El País, las encuestas juegan el papel de una primera ronda en el proceso electoral, mediante las cuales se descartarán a los candidatos con menos posibilidades, y alguno de los que encabezan las encuestas se verán favorecidos al momento en que se ejerza el voto, el 1 de Julio de este 2018. El año, que para muchos, será el año de cambio, o de continuidad…
