MINNEAPOLIS, MN. (VIA EFE).
El Síndrome de Piernas Inquietas que se caracteriza por un impulso incontrolable de mover las extremidades inferiores mientras se está sentado o acostado, se presenta en mujeres en el 60 % de los casos, dijo hoy el doctor Rubén Santoyo Ayala.
En un comunicado, el subdirector médico del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Jalisco, aseguró que este es un trastorno neurológico que se presenta entre el 3 y el 5 % de la población en países como México.
Entre los principales síntomas que caracterizan a este padecimiento está la necesidad imperiosa de mover las piernas, acompañado de dolor y malestar.
El especialista señaló que el cuadro aparece y se agrava ante situación de inactividad, al estar sentado o acostado, y las molestias suelen mejorar al mover las piernas.
En cuanto a la edad, Santoyo Ayala dijo que ocurre más en personas mayores de 60 años de edad, aunque puede presentarse a cualquier edad.
“Se desconoce el origen exacto del trastorno, hay estudios que sugieren un componente genético que altera la transmisión del hierro al cerebro”, explicó.
El experto dijo que los pacientes suelen quejarse de hormigueo, tirones, picazón, ardor, cansancio durante el día, además de que aseguran afecta en su rendimiento laboral.
Además, detalló, refieren sentir un impulso irresistible de mover las extremidades, y tienen dificultad para conciliar el sueño pues las molestias empeoran por la noche, mejoran en la madrugada “y ya agotados, se duermen”.
Aunado a esto, Santoyo Ayala destacó que quienes padecen Síndrome de Piernas Inquietas tienen hasta 2,5 veces más riesgo de tener hipertensión, dos veces más de enfermedades cardiovasculares, así como de alteraciones digestivas, inmunológicas o metabólicas.
Incluso, acotó, la diabetes e insuficiencia renal pueden estar asociadas a este trastorno.
En cuanto a la localización de la problemática, refirió que puede afectar ambas piernas, concretamente entre rodilla y tobillo, puede ser asimétrica, en casos extremos puede ocurrir en brazos, y muy rara vez en cara o vientre.
Agregó que este síndrome también afecta a mujeres embarazadas, con una prevalencia de hasta un caso por cada cuatro féminas en gestación, por lo que se recomienda que estas pacientes fortalezcan su ingesta de hierro y ácido fólico para prevenir su aparición.