MINNEAPOLIS, MN
El sábado pasado, 20 de octubre, el Concejo Latino de la Compañía de Teatro Infantil (CTC por sus siglas en inglés), organizó un panel de discusión en torno a una obra presentada ese mismo día: I Come from Arizona (Vengo de Arizona). Acaso la presencia de personalidades como la senadora Patricia Torres Ray, o el director del Centro Legal de Inmigración, John Keller, acompañados de la directora de los Abogados por los Derechos Humanos, Michele Garnett McKenzie, el director ejecutivo de Latino LEAD, José Gonzáles, y el consultor externo de la directora ejecutiva de HACER, Rodolfo Gutierrez. Acaso fue que se trató de un evento a la hora y en el día precisos. Pero, sobre todo, por el contenido de la obra misma, muchos fueron quienes participaron en la discusión, enriqueciendo el debate y la información derivada.
El tema propuesto por la obra I Come from Arizona, es uno que llega de cerca a muchos entre quienes viven hoy en los Estados Unidos. Muchos que viven entre la incertidumbre, y la necesidad de buscar formas de prevalecer, de continuar contribuyendo al desarrollo familiar, y de quienes llegan incluso a ocultar sus historias personales con la idea de proteger a quienes están cerca de ellos.
La propuesta teatral, desarrollada de forma excelente, propone a una brillante y prometedora mente en la persona de Gabi (Ayssette Muñoz) quien habrá de iniciar una aventura única al iniciar sus clases en un high school prestigioso, pero alejado de su residencia. Alejado geográfica y socialmente, y también culturalmente. Una nueva experiencia que lleva a Gabi a descubrir los velos que sus padres se han empeñado en poner sobre la forma en que habrán llegado a los Estados Unidos, provenientes de México, y con la idea de que, al negar compartir esas historias con sus hijos, les protegen.
Las actuaciones en su conjunto son de extrema calidad, destacando Muñoz, pero gracias al trabajo de todos los actores. Nora Montañez, quien representa el papel de Dolores, la madre de Gabi, ofrece una actuación convincente, legítima y poderosa, que sin duda genera el contexto para que la dualidad de una adolescente, con grandes ambiciones, cuestione las decisiones de sus padres, y llegue a desentrañar el drama y la angustia que viven tantas familias como la que se ve en el foro.
El guion es ágil, pero sobre todo bien documentado. Con referencias históricas precisas, con imágenes que acompañan a las actuaciones, la obra informa, sin excesivo sentimentalismo, y si con la dosis precisa de la vida real, sobre los múltiples factores que hoy definen las vidas de muchos, familias de inmigrantes, en un ambiente hostil. Igualmente, la obra apunta a la responsabilidad múltiple que debemos reconocer y asumir, con la idea de que sólo en el momento en que podamos hablar de este asunto con franqueza, con documentación y con propuestas concretas, se podrá dar respuesta a una condición viva y que para muchos define el futuro de millones de personas.
Precisamente eso fue lo que ocurrió después de la presentación de la obra, con un vivido intercambio entre los panelistas, los actores, y el público que se mantuvo para ese fin. Hubo quienes compartieron sus propias experiencias, los hubo quienes aventuraban mayores cuestiones, preguntas y pedían sugerencias de cómo comprometerse para brindar ayuda efectiva a quien la necesita.
Para quienes tuvimos la oportunidad de participar en esta forma de ver y comentar el teatro, gozamos de un espacio de intercambio de ideas, de sentimientos, abierto, libre y sin limitaciones. Una tarde de sábado rico, provocativo y sin duda informativa, como debieran ser muchos ejercicios teatrales. No te pierdas I Come from Arizona, y aprovecha para reflexionar profundamente sobre lo que hay detrás de un argumento de tal naturaleza (Vengo de Arizona), para miles y miles de personas, en un país que vive momentos singulares y de redefinición profunda.
Consulta la cartelera, y aprovecha que la obra estará en el CTC hasta el 25 de noviembre. Y lleva a tu familia, a tus amigos y amigas, y conversa al respecto al finalizar.
