SAINT PAUL, MN
Cobija los regalos y es un protagonista central de las fiestas de fin de año, el árbol navideño sin embargo se ha visto este año víctima de la escasez debido en gran medida a la climatología y los desastres naturales.
Al igual que otros cultivos, la oferta y demanda de los abetos nobles y Frasier, los más populares para árboles navideños, están sujetos a factores como heladas, o los huracanes e incendios forestales.
Ante la disminución del suministro, Oregón, que con Carolina del Norte abastecen más de la mitad de la producción nacional, ha tomado este año protagonismo en la distribución.
Según Chal Landgren, profesor de la Universidad Estatal de Oregón y además propietario de una granja de árboles de navidad, este estado del noreste del país “produce 5,2 millones de árboles de navidad cada año” y ello lo convierte en “el mayor productor en Estados Unidos”.
Aun así, las inclemencias climáticas hicieron que en 2016 Landgren perdiera el 90 % de la cosecha tras una sequía que produjo árboles débiles y amarillentos sin posibilidad de ser vendidos.
Los vaivenes en la demanda se registran desde hace algunos años y los expertos barajan algunas hipótesis.
La Asociación de Árboles de Navidad del Pacífico Noroeste, que incluye a Oregón, afirma que el cambio climático no favorece el crecimiento de árboles de calidad, y al mismo tiempo el auge de los arboles de plástico han supuesto que muchos pequeños productores cerraran sus negocios en los últimos años.
Larry Davis, un vecino de Portland que compra sus abetos en una tienda local de la franquicia Home Depot, la cual por lo demás se ve menos afectadas por esta disminución de la oferta, defendió que “es importante que el abeto sea natural”, por su olor “que impregna toda la casa” todo el mes, “si el árbol es bueno”.
“Un árbol de plástico para nuestra cultura sería triste, pero hay mucha gente que empieza a optar por ellos debido a los precios”, reconoció.
No son pocos los comerciantes de Oregón que han visto este año un aumento de precios, consecuencia de la reducida oferta, y es que tras la Gran Recesión de 2008 los granjeros plantaron menos árboles para ahorrar dinero y una década después no hay tantos disponibles, ya que éstos necesitan crecer entre unos ocho y diez años hasta alcanzar el tamaño óptimo para la venta.
“Se ha notado la subida de precios ya que el abeto que costaba 90 dólares la navidad pasada, cuesta unos 135 dólares, pero aún así, los clientes siguen apostando por los abetos nobles que son los más bonitos y más caros”, señaló Galloway.
Los abetos Fraser son los más populares en la costa este y los abetos nobles en la costa oeste.
Para la Asociación Nacional de Árboles de Navidad (NACT, por sus siglas en inglés), las alusiones a la escasez es exagerada ya que este año “habrán suficientes árboles de navidad para todos los que quieran uno”.
“La oferta de árboles es escasa”, reconoce Tim O’Connor, director ejecutivo de la asociación, no obstante señala que la industria vendió 27,4 millones de árboles en 2017 y se prevé una cantidad similar en 2018.
“Con el tiempo, a medida que cambia el clima, los productores deberán adaptar sus prácticas de cultivo, pero afortunadamente no pensamos que afecte a los árboles de navidad en 2018”, agregó.
Clifton Chesnut, cliente de Cornell Farms, espera que no desaparezca la tradición del árbol de Navidad, que EEUU la heredó de la cultura germana, al ser “muy significativo” y “nostálgico”.
“Vamos coleccionando y heredando ornamentos desde la niñez por lo que cada elemento decorativo tiene un significado”, dijo.