MINNEAPOLIS, MN
El presidente, Donald Trump, visitó hoy la frontera sur con México para recalcar la “necesidad” de construir un muro en el límite entre ambas naciones, en medio de un cierre que mantiene parte de la Administración cerrada desde hace 20 días.
Desde el pasado 22 de diciembre, Trump ha insistido en incluir fondos para la construcción de la barrera fronteriza en los presupuestos federales, una propuesta que ha chocado frontalmente con la nueva mayoría demócrata en la Cámara Baja.
Ante esta situación, el mandatario ha sopesado la idea de declarar una emergencia nacional para tener la posibilidad de reasignar fondos militares para la construcción del muro, una amenaza que repitió hoy en la zona limítrofe con México.
“Tengo el derecho absoluto para declarar una emergencia nacional. No debería de llegar a declararla porque esto es de sentido común. (…) Necesitamos un muro”, apuntó Trump en declaraciones a los periodistas en la localidad fronteriza de McAllen (Texas).
El plan de Trump para financiar el muro a través de una orden ejecutiva, que inicialmente fue vista como una medida radical entre los republicanos, ha empezado a reunir apoyos entre los miembros de su partido, incluyendo al senador Lindsey Graham, uno de los más influyentes en la Cámara Alta.
“Es hora de que el presidente Trump use los poderes de emergencia nacional para financiar la construcción de un muro fronterizo. Espero que funcione”, dijo hoy Graham en un comunicado.
Uno de los colegas de Graham en el Senado, el líder de la mayoría republicana en esa cámara, Mitch McConnell, bloqueó hoy las propuestas demócratas de la Cámara Baja para reabrir la Administración.
“Lo último que tenemos que hacer ahora es un intercambio sin sentido”, dijo McConnell en el Senado, refiriéndose a una votación sobre unos paquetes de leyes que los republicanos ya han avisado que no iban a aprobar.
La mayoría demócrata en la Cámara Baja aprobó la semana pasada dos propuestas legislativas que constan de seis proyectos de ley para financiar todo el año 2019 de cerca del 25 % de la Administración y de uno que otorgaría fondos al Departamento de Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero.
Estas medidas ampliaban los fondos para cercados fronterizos y otras medidas en 1.300 millones de dólares, lejos de los 5.600 millones pedidos por Trump.
Cuestionado hoy sobre si no será México quién pague por el muro, Trump defendió que “nunca” ha dicho que el país azteca “escribiría un cheque” para pagar la construcción del muro, a pesar de que ha repetido en reiteradas ocasiones que el país vecino financiaría la protección fronteriza.
La campaña electoral de Trump describió en abril de 2016 los pasos que el entonces candidato tomaría para obligar a México a pagar entre 5.000 y 10.000 millones de dólares para financiar el muro.
Ese supuesto plan se basaba en gran medida en amenazar con prohibir las remesas de mexicanos viviendo en Estados Unidos hacia sus familiares en el país azteca, a menos que el Ejecutivo mexicano pagase una cantidad para el muro.
El Gobierno de Trump afronta desde el 22 de diciembre el cierre del 25 % de la Administración, situación que afecta a unos 800.000 empleados que han dejado de percibir su salario y ha trastocado el funcionamiento de distintos espacios turísticos o las actividades de agencias a las que no se les han asignado nuevos recursos.
Miles de estos trabajadores protestaron hoy en diferentes ciudades para reclamar el fin del cierre administrativo, incluida una manifestación enfrente de la Casa Blanca.
“Miles de estadounidenses que trabajan arduamente están siendo excluidos de sus puestos de trabajo por ninguna otra razón que la política del miedo. ¡Vergüenza de Senado! ¡Vergüenza de Casa Blanca!”, exclamó Richard Trumka, el presidente de AFL-CIO, la mayor plataforma sindical del país, ante cientos de empleados públicos concentrados en Washington.
Pocos avances han ocurrido en los últimos 20 días, ya que ni Trump ni los demócratas han cedido territorio en las negociaciones y se espera que el cierre administrativo pueda durar varias semanas más.