SAINT PAUL, MN
Se trata de un ambicioso presupuesto a ser ejercido en los primeros dos años del período, por parte de la administración del gobernador Tim Walz, en el estado de Minnesota.
Y por ello, se trata de un presupuesto de gastos e ingreso que supone una cifra cercana a los 50 mil millones de dólares (49 mil 471 millones, para ser precisos). Con significativos incrementos en gastos asignados a educación y servicios humanos, y con la intención de reducir las brechas en las áreas, así como reducir la práctica discriminatoria de políticas en el estado.
El gobernador propone un modelo que, bajo la interpretación de legisladores republicanos, buscaría hacer de Minnesota “una California con frio y nieve”, en el que resaltan otras medidas como la reducción de la carga fiscal para personas con bajos niveles de ingreso económico, incluyendo a granjeros y pequeños negocios.
Para Walz, la forma de cubrir las prioridades expresadas en el presupuesto descansa en el superávit en los ingresos del estado heredados del gobierno de Mark Dayton, que suma mil quinientos millones de dólares. A ello se suma la aplicación de nuevas formas de impuestos, e incrementos en los vigentes.
Entre los incrementos sugeridos, destaca el que se impondría sobre el consumo de gasolina. Serían 20 centavos de incremento en los impuestos en el combustible por galón, al margen de las variaciones estacionales que se registran año con año.
Con ello, parafraseando a Paul Gazelka, líder republicano de la mayoría en el senado estatal, Minnesota se transformaría en una “fría California”, pero con los precios de gasolina igual de calientes que en el estado sureño.
Hoy, la gasolina tiene un costo fluctuante en Minnesota, entre 2.12 y 2.19 dólares por galón, aun cuando hay estaciones en las que se llega a ofrecer la gasolina de octanaje 87 (la menos costosa) a 2.29 dólares por galón. En California, sin embargo, el costo de la misma calidad de gasolina fluctúa entre 3.35 y 3.72 dólares por galón. Uno de los estados con el mayor costo del combustible.
Y es que, debido a la interacción entre oferta y demanda, en un principio, si se aplica el incremento en el costo de la gasolina que propone Walz, muchos conductores podrían disminuir el uso de sus vehículos, como reacción inmediata, provocando una menor demanda. Pero, poco tiempo después, el mercado volvería a ver una demanda normal, e incluso incrementada ante la inevitabilidad del hecho.
El incremento de la demanda, impondrá un nuevo incremento, que buscará “controlar” la demanda, de acuerdo con principios de teoría económica 101.
Sin duda, para una comunidad dependiente del uso del automóvil, y en el que el transporte público se vería insuficiente para suplir una demanda ampliada, pronto el incremento en el costo de la gasolina se asumiría como un “mal necesario”. No habrá protestas, y acaso las quejas que se manifiesten en un principio, pronto se verán silenciadas ante la inevitabilidad de una medida orientada a reducir el costo del cuidado de la salud, el lograr una educación de mayor calidad para los hijos y nietos y asegurar la prosperidad de las distintas comunidades.
“El presupuesto que hoy revelo asegurará que estaremos logrando cosas significativas para alcanzar esos objetivos,” dijo Walz.
La propuesta presentada tendrá que enfrentar una oposición automática dentro de un congreso local dividido, por parte de los legisladores republicanos.
Pero acaso el incremento al costo de la gasolina será visto como un mal menor, pues afecta por igual a los diversos segmentos socioeconómicos en el estado, y no se verá, por parte de la oposición republicana, como una propuesta “populista o socialista”. Sin embargo, entre la gente común, el efecto será obvio y acaso doloroso para quienes forman parte de los sectores menos favorecidos de la economía local.
Cosas para reflexionar ante un gasolinazo a la you gotcha!