México, 12 mar (EFE).-
El buen tequila que se degusta en las fiestas y reuniones de amigos y que es icónico de México no está exento de los efectos del cambio climático, lo que está obligando a que científicos apliquen ingenio y tecnología para proteger la bebida alcohólica predilecta de los mexicanos.
Al respecto, Miguel Ángel Domínguez, presidente del Consejo Regulador del Tequila (CRT), dijo este martes a Efe que tanto pequeños como grandes productores hacen uso de ciencia avanzada para la conservación de los microorganismos de los suelos, cuidado de fauna polinizadora, reproducción y sanidad de las plántulas de agave.
También se están fomentando acciones de responsabilidad social por parte de las diversas empresas integrantes del CRT.
Lo más importante para producir el tequila es el agave y los suelos fértiles.
Por ello, se tienen siete laboratorios fijos y móviles para realizar pruebas de calidad y salud de los microorganismos de los suelos, analizar la presencia de bacterias, agua, moléculas y átomos, carbono 13 e isótopos, entre otros componentes.
Cabe mencionar que la inversión realizada en los últimos diez años en materia de medioambiente por parte de la industria tequilera ronda alrededor de los 75 millones de dólares.
Esta inversión en tecnología brinda certeza sobre el tipo de acciones a realizar para conservar sanos los suelos.
“La mayor atención es el cuidado de la biodiversidad y el control biológico de plagas”, precisó Domínguez.
A lo que agregó que estiman “que el cambio climático ha provocado un aumento de estas últimas en los años recientes”.
El calentamiento global también ha impactado al sector con sus bruscas variaciones de temperaturas.
Sin embargo, aseguró que se trabaja cada día en mejoras de la genética del agave para que este sea más resistente a las temperaturas extremas.
También se están realizando capacitaciones a los productores para que estos sepan usar los nuevos avances de ciencia y tecnología para que las plantas de agave sean fuertes y eficientes.
El CRT tiene convenios en Ciencia y Ecología con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara (UDG), la Unión Europea (UE) y el Centro Mario Molina, especializado en medioambiente.
Con este último se tiene el proyecto “Estrategia de Sustentabilidad para la Cadena Productiva Agave-Tequila” que trabaja en tres ejes: sustentabilidad ambiental, sustentabilidad económica y sustentabilidad social.
Los resultados de este proyecto brindan una estimación de que la huella de carbono que deja esta industria en México se reducirá un 10 % en 2020 y un 25 % en 2030 con respecto a las emisiones registradas en 2014.
Además, se prevé que el consumo de energía de esta industria disminuya un 7 % en 2020 y un 12 % en 2030.
Asimismo, Domínguez detalló que al finalizar la cadena de producción, los agaves pasan a sistemas de reciclado para la creación de productos como artesanías para evitar desechos.
Se estima que en México existen más de 45 millones de plantas de agave que, además del trabajo de los campesinos, requieren de una amplia participación de polinizadores como los murciélagos.
Por su parte, Roberto Delgado, director general de Mundo Cuervo, división de turismo de la marca de tequila José Cuervo, comentó a Efe que la industria tequilera realiza acciones diversas para ser viable en lo ambiental, lo social y lo económico.
Relató el caso del proyecto “Tequila Inteligente”, en el municipio del mismo nombre ubicado en Jalisco, que se ha consolidado al enfocarse en la información digital y la sustentabilidad urbano-turística.
Su punta de lanza es la creación de una plataforma digital que contiene información turística sobre restaurantes, comercios y servicios públicos.
Esto deriva en una mejor movilidad y en rutas más eficientes para la recolección de residuos en el municipio.
Los datos registrados en esta plataforma digital también prevén las preferencias del público, como sus elecciones gastronómicas a la salida del trabajo.
Puntualizó que la Fundación José Cuervo también impulsa el emprendimiento sustentable con su concurso internacional para el diseño de vivienda social sustentable.
Fibras de agave, madera de las fincas tequileras y vidrio de las botellas entre otros materiales son utilizados para construir viviendas con un enfoque de reutilización y respeto medioambiental. Y con aroma a tequila.