Washington, DC. (EFEUSA).-
El Gobierno criticó hoy por graves violaciones de derechos humanos a Venezuela, Nicaragua, Cuba, China, Arabia Saudí, Siria, Irán y Rusia, en un informe en el que se refirió a los Altos del Golán como “territorio controlado por Israel”, en vez de “territorio ocupado”.
El informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado, publicado hoy y relativo a 2018, sirve de guía al Congreso estadounidense a la hora de determinar la ayuda exterior que se concede a cada país, y el Gobierno de Donald Trump ha sugerido que lo podría tener en cuenta a la hora de imponer sanciones.
En el documento, el país aseguró que el Gobierno de Venezuela incrementó la represión tras el fallido ataque con drones contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y citó como ejemplo la detención del diputado Juan Requesens, acusado de estar implicado en dicha acción.
En una rueda de prensa, el secretario de Estado, Mike Pompeo, consideró de manera irónica que China “juega en su propia liga de violaciones de derechos humanos” y denunció que Pekín ha intensificado la campaña contra la minorías musulmanas, incluidos los uigures y kazajos, así como su internamiento en los llamados “campos de reeducación”.
Al respecto, Michael Kozak, responsable de derechos humanos del Departamento de Estado, consideró que esos campos “buscan borrar el ADN” y la “cultura” de las minorías musulmanas en China.
Sobre Nicaragua, Pompeo se refirió a las protestas que estallaron el 18 de abril de 2018 por unas reformas de la seguridad social y que se convirtieron en un clamor que pedía la renuncia del presidente Daniel Ortega.
“En Nicaragua, cuando los ciudadanos protestaron pacíficamente (…), se toparon con disparos de francotiradores. Los críticos del Gobierno se han enfrentado a una política de exilio, cárcel o muerte”, manifestó Pompeo.
Aparte de hablar de la situación en China y Nicaragua, Pompeo aludió los abusos de derechos en Sudán del Sur, donde se emplea la violencia sexual contra los civiles; e Irán, al que dedicó buena parte de su comparecencia.
“Ojalá pudiera decir que el informe de este año es inmaculado, que ha mejorado la situación, pero no es el caso. Tomen el ejemplo de Irán. El año pasado el régimen mató a más de 20 personas y detuvo a miles sin debido proceso simplemente por protestar por sus derechos”, dijo el titular de Exteriores.
En su informe, el Departamento de Estado denunció “duras tácticas” contra los manifestantes durante las protestas en Irán que comenzaron en diciembre de 2017 y mencionó que organizaciones defensoras de los derechos han informado de miles de arrestos y “muertes sospechosas” de detenidos.
Por otro lado, Washington responsabilizó al Ejecutivo cubano de “la mayoría de los abusos contra los derechos humanos en Cuba”, entre los que citó torturas, censura y detenciones arbitrarias, y lamentó que la “impunidad” por esas violaciones es generalizada.
Asimismo, llamó la atención sobre “asesinatos arbitrarios o ilegales” por parte del Ejecutivo de Arabia Saudí “o sus agentes” y destacó el caso del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado el 2 de octubre en el consulado en Estambul.
Respecto a Siria, el país reconoció los abusos cometidos por todas las partes del conflicto: Desde las fuerzas leales al Gobierno de Bachar al Asad hasta grupos opositores, los efectivos kurdos y organizaciones terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI).
El documento incluye un cambio respecto al lenguaje usado para referirse a los Altos del Golán, que el Ejército israelí tomó en la guerra de los Seis Días (1967): EE.UU. los considera “territorio controlado por Israel”, en vez de “territorio ocupado”, término empleado en anteriores ediciones.
Ya el año pasado, Washington eliminó la expresión “territorios ocupados” para referirse a “Cisjordania y Gaza”.
Humans Rights Watch (HRW) se quejó de que, por segundo año consecutivo, el informe no contenga la sección “derechos reproductivos”, que las ediciones anteriores incluían para detallar el acceso a anticonceptivos y la legalidad del aborto en diferentes países.
El documento examina el comportamiento de los Gobiernos de todo el mundo respecto a los derechos humanos, aunque no el de EE.UU.